CORONAVIRUS, ECONOMÍA SOCIAL Y EMPRENDIMIENTO ASOCIATIVO
Prof. Oscar Bastidas Delgado (UCV).
https://www.linkedin.com/in/oscarbastidasdelgado
@oscarbastidas25
Hay sueños y problemas que atañen a un individuo y deberían ser resueltos por él, la Pirámide de Maslow sobre la jerarquía de las necesidades humanas es útil para visualizarlos. Otros como la pobreza, el desempleo, la salud, inflación, inseguridad, y en general los incluidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Plan 2030 de la ONU, afectan numerosas personas y obligan al concurso de todas, de empresas y hasta gobiernos. Emprender amerita un mínimo de sentido organizacional por quienes lo hacen pues el resultado final será la constitución de la organización apropiada para el sueño o problema.
Constituir una organización es sinónimo de decisión, de enfilar y poner en marcha personas y recursos en aras de objetivos concretos. Es un hecho político que amerita aplicar el dúo Concepto / Direccionalidad: concepto como reflexión y explicación teórica del problema y de su solución, con las pertinentes acotaciones históricas y sociales en cuanto diseñar y constituir la organización apropiada para lograr los objetivos, objetivos pre-establecidos, labor propia del emprendimiento; y direccionalidad como la ruta, con vías rápidas, paradas, accidentes, desvíos y retrocesos, que se debe transitar para diseñar la organización y luego de constituida ponerla en marcha, gestionarla y conducirla al éxito, labor propia de la gestión, coordinación o gerencia.
No hay actividad humana que no se desarrolle sobre organizaciones; actividades y organizaciones son las dos caras de una moneda: o existe o no. Puede afirmarse que la sociedad origina sus organizaciones por lo que éstas son, automáticamente, parte de ella. La sociedad condiciona su creación y desarrollo por lo que ninguna organización le es ajena; menos lo serán aquellas que desarrollan esquemas de integración que superen los simples marcos individuales.
Para efectos de estas reflexiones, hablar de Organizaciones de Economía Social (OES), asociaciones, mutuales y cooperativas, es hacerlo sobre organizaciones de amplias sinergias, pues son fórmulas con ventajas comparativas y competitivas para enfrentar necesidades o problemas que afectan a varias personas concomitantemente. Por ello, aunque la percepción inicial del sueño o del problema haya sido individual, constituir organizaciones es una manera inmediata de favorecer las respectivas comunidades pues quienes las emprenden forman parte de ella; adicionalmente, si ellas se constituyen para enfrentar problemas comunes, el efecto multiplicador es mayor y sus asociados se beneficiarán de las economías de escala y de la intercooperación e integración que pudieren desarrollar.
01.- Retos de los emprendedores.
Diseñar la organización sobre el dúo mencionado es tarea de los emprendedores, son quienes poseen la Fuerza Fundante o una suerte de poder que les concede un savoir faire especial que les permitirá colocar la totalidad de los rieles que enlutarán la organización hacia el éxito y hasta su resiliencia, en caso de crisis.
A los emprendedores corresponde, bajo forma de comité promotor, desarrollar un proceso no lineal de acciones sucesivas que puede resumirse como el Decálogo del Emprendimiento: 1.- precisión del sueño o problema; 2.- formulación de una visión preliminar del cómo; 3. – diseño de la cadena de valor a partir de los potenciales productos o servicios, el proceso productivo y la tecnología; 4.- establecimiento de lineamientos estratégicos (Valores / Misión/Visión Objetivos Estratégicos); 5.- formulación del plan organizacional o de gestión con sus estrategias, actividades, fuentes financieras y presupuestos
Continúan: 6.- diseño de la organización (organigrama / manuales / procedimientos, etc.); 7.- fijación de perfiles del personal y suma de potenciales socios o asociados; 8.- selección de forma jurídica redacción del estatuto, realización de la asamblea constitutiva e incorporación de colaboradores por delegación de la asamblea; 9.- puesta en marcha y constitución de redes con proveedores, clientes y comunidades y otras organizaciones; y 10.- coordinación o gerencia hacia el éxito. En cada tramo se toman decisiones.
Diseñada, constituida y puesta en marcha la organización, convierte al emprendedor en empresario si se tratase de una organización con fines de lucro, o en co-propietario y co-empresario si se tratase de una OES por poseer éstas una empresa de propiedad colectiva y de gestión democrática.
El involucrarse como equipo en estos aspectos, acrecienta en los fundadores los sentidos de propiedad y pertenencia, ambos hacen que vean la organización como hija propia, la cuiden y conduzcan bajo el precepto legal del buen padre, preocupándose incluso por las generaciones de relevo. El no trabajar como equipo presagia que quien controle el emprendimiento será el cacique o dueño absoluto de la organización, algo no propio de las OES.
Es de precisar que los primeros valores organizacionales son los aportados por los fundadores, quienes también suman pretensiones no formales, ocultas si se quiere por no estar escritas, referidas a sus intereses personales, familiares, políticos u otros que en numerosas ocasiones adquieren mayor peso que las formales.
Con el tiempo, por nuevas situaciones y relaciones e ingreso de colaboradores, los valores pueden cambiar y la Fuerza Fundante inicial se diluye y hasta desaparece, siendo sustituida por otra que asumirá oportunamente el poder de la organización. Cuando por compra o intromisiones externas como estatizaciones, intervenciones o tomas, la Fuerza Fundante desaparece y con ella se van los coordinadores de las redes humanas señaladas, surge el riesgo de cierre.
El proceso descrito es válido en cualquier emprendimiento personal o colectivo, sea para constituir una organización de capital o una de Economía Social. Las diferencias estarán entre quienes buscan generar ganancias o lucro, es decir, apropiarse de valores generados por otros, y otros emprendimientos colocan el foco en las personas deseosas de realizar un sueño o enfrentar un problema común. Obvio, habrá diferencias en cuanto a los valores organizacionales, pues de ellos dependerán los comportamientos de los miembros con la organización, con el resto de la sociedad y el ambiente. No olvidar que la ética es la sinergia de valores y principios de una persona u organización y que de ella depende su Responsabilidad Social.
02.- Sindemia y coronavirus.
El coronavirus causa la pandemia que destaca en el momento actual pero desde siempre la humanidad enfrenta múltiples “pandemias” como el desempleo, la pobreza, la carencia de atención sanitaria, el totalitarismo y otras, por lo que puede hablarse de sindemia o sinergia de pandemias
El coronavirus en particular afecta todos los filones de la actividad humana y sus consecuencias no terminan aún, además, son impredecibles. Ellas no solo deja estelas de muertos y secuelas físicas en quienes lo tuvimos, desnudan aún más el escaso interés hacia lo social de las instituciones públicas de salud particularmente las inspiradas en el lucro; la ineptitud de numerosos gobiernos y el fortalecimiento de regímenes totalitarios que controlan la movilidad territorial y evitan protestas; la vulnerabilidad e inequidades de los tejidos sociales, con incidencia obvia de las migraciones y en la necesidad de superar los actuales modelos de desarrollo.
Ella golpea con mayor fuerza a los sectores desposeídos, aquellos sin ingresos o que dependen de un ingreso diario,empobreciéndolos y reduciendo sus accesos al consumo básico, lo que se acrecienta con el bloqueo a los sectores informales al impedirles prestar sus servicios y al importante número de organizaciones cerradas o a punto de hacerlo con el consecuente desempleo.
Esta pandemia pone en evidencia que el aislamiento hogareño grita en silencio en aras de la sobrevivencia y obliga a reflexionar acerca de la alta escasez de recursos de la población para enfrentar debidamente esta situación y las necesidades de apoyos colaborativos y de mayor sustentabilidad entre familiares, amigos, vecinos y miembros de comunidades de toda índole: productivas, escolares, religiosas, educativas, territoriales u otras.
Una consecuencia visible de ella es la necesidad de colocar el conocimiento científico al servicio de las mayorías, mayorías que deben tomar en sus manos las transformaciones necesarias para depender solo de ellas mismas y no de gobiernos populistas que disfrazan el trabajo con empleos de relleno para ganar votos; solo la perseverancia y el trabajo decente en digna relación de dependencia o propio como el generado por las OES, deben erigirse como resortes de resiliencia de toda persona y sociedad.
03. – Asociativismo. OES y cooperativas.
Ante las secuelas señaladas se impone el asociar en organizaciones factibles que enfrenten problemas concretos de cualquier tipo, los limitados conocimientos y pocos recursos que hoy poseemos como personas y grupos; mediante el asociacionismo se pueden constituir todo tipo de organización. Al respecto, el doble arraigo propio de las OES por la doble condición de asociación – empresa que poseen, por su propiedad colectiva, por sus procesos democráticos de control y gestión con condiciones para la autogestión; y por sus procesos de intercooperación e integración con otras organizaciones sin fines de lucro que les permiten trascender de lo local al resto de la sociedad, hacen de estas organizaciones las referencias asociativas para enfrentar problemas colectivos con amplios impactos y economías de escala, particularmente aquellos que emergen de crisis y situaciones como la actual sindemia.
El emprendimiento asociativo es aliado clave del desarrollo socio – económico, por ello las naciones reconocidas como desarrolladas prestan especial atención a su aplicación e impactos. En América Latina toman forma infinitas propuestas surgidas de comunidades, “de abajo hacia arriba”, con impactos reales en la solución de infinitos problemas; también toman cuerpo propuestas generadas por ciertos gobiernos como el colombiano con la promulgación de su reciente ley de emprendimiento, y el de República Dominicana con sus esfuerzos desde el Ministerio de Industria, Comercio y MiPyMEs. A esas vertientes se suman universidades y las propias OES como las cooperativas, organizaciones que la OIT propone impulsar entre trabajadores autónomos y profesionales por el Trabajo Decente que generan, categoría contenida en el Objetivo 8 del Plan 2030 de la ONU.
Todo emprendimiento estará afectado por imposiciones legales y gubernamentales y por la lógica necesidad de perfeccionar procesos o introducir nuevos procesos e innovaciones técnicas y sociales en sus procesos administrativos y las funciones administrativas: producto y mercadeo, producción, personal, finanzas, seguridad, comunicaciones y lo administrativo – contable, debe ser inclusivo y generar un crecimiento sostenible.
En este panorama importa mucho el tipo de organización a emprender. En las burocráticas el emprendimiento se inicia desde altos niveles jerárquicos que imponen pautas en cascada (top – down); en las participativas debe obedecer a propuestas compartidas de sus fundadores, quienes pueden orientarlas hacia la autogestión pero, no siendo fácil lograr esta modalidad, al menos ubicarlas en alguna modalidad participativa intermedias como la coinfluencia de sus trabajadores, proveedores, clientes, y comunidades; la codecisión, la cogestión parcial o total, la participación accionaria u otra.
El tipo de liderazgo que predominará en la organización a constituir lo establece el equipo promotor, puede ir desde una sola persona que se reserva en exclusiva la iniciativa, caso en el que se presagia su cacicazgo y los otros participantes son de relleno; o uno que siembre el emprendimiento mediante equipos plurales que impulsen cultura de democracia y participación y, secuencialmente, los valores de la colaboración; la ayuda mutua; el asociacionismo, el mutualismo o el cooperativismo; para finalmente, reto nada fácil, construir la solidaridad.
Pero atención. El trabajo en equipo no debe ser solo durante el diseño; la puesta en marcha debe consolidarlo mediante liderazgos participativos alineados con los valores y los objetivos estratégicos sobre diálogos y acuerdos internos hacia el éxito, evitando futuros cacicazgos y estableciendo resortes de resiliencia que contemplen incrementos en el capital social y variadas expresiones generadoras de economías de escalas como las compras conjuntas y las alianzas del tipo Ganar – Ganar que genera el poseer millares de asociados. Numerosas experiencias existen, no viene al caso mencionarlas.
Es de precisar que el emprendimiento asociativo no se riñe con la creación de nuevas organizaciones (start-up), ni con el corporativo o intraemprendimiento realizado al interior de organizaciones en marcha para introducir transformaciones mediante dos opciones conducentes a las denominadas buenas práctica: 1.- la de creación de nuevos negocios o actividades (corporate venturing); y 2.- la de transformar o introducir mejoras novedosas de productos o servicios (intrapreneurship).
04. – Nuevas OES y salvar y recuperar empresas.
Sin dudas de que el emprendimiento asociativo debe abrir espacios a la constitución de nuevas OES y otras empresas que coadyuven a combatir las secuelas de la sindemia señalada, apuntando principalmente a la superación de la pobreza mediante la creación de empleos con el trabajo decente como eje ductor, y a la producción de alimentos ante la grave crisis presente pero que se prevé peor en un futuro inmediato.
Pero hay otro escenario a considerar, el emprender ante empresas que de desaparecer generarían desempleo o empresas que ya cerraron sus puertas, lo que obliga a considerar dos opciones: 1.- evitar que cierren; y 2.- reflotar las cerradas.
Una interrogante se impone ¿por qué esperar a que las organizaciones cierren y no buscar salidas a tiempo?. ¿Es que los trabajadores y sus gremios son incapaces de visualizar con suficiente antelación el posible cierre de aquellas en las que laboran o de las que son copropietarios como las cooperativas?, de existir esa incapacidad el reto es superarla. Lo cierto es que con la sindemia, numerosas empresas han cerrado o están a punto de hacerlo; también es cierto que desde hace décadas son numerosos los casos de empresas salvadas por sus trabajadores con o sin acuerdos con sus propietarios.
Ante la opción de salvar, varias modalidades pueden aplicarse: 1.- relanzar la empresa mediante esfuerzos y acuerdos con participación activa de sus actores, posiblemente amerite desde rebajar los ingresos laborales y aumentar las horas de trabajo, pasando por aumentar la productividad, todo ello con aperturas de compuertas a la participación de los trabajadores en diversos ámbitos marchando en una suerte de cogestión parcial y hasta total, que pudiese incluir la participación accionaria de los trabajadores solo o con sus gremios. Un ejemplo interesante conocido por el autor sucedió en la empresa venezolana Tornillos de Venezuela C. A. (Torvenca). Esta opción no debe descartar que una parte de los actores constituya equipos y hasta cooperativas que en out sourcing laboren para la organización con claras reglas de juego.
Otra vía pudiese ser la de cambiar la forma jurídica de la organización a otra como la de cooperativa, que democratice el capital y el funcionamiento interno de ella con dinámicas participativas incluyentes de propietarios, directivos, coordinadores y trabajadores, incluyendo modalidades que faciliten la transición generacional como garantía de supervivencia.
Varios casos ilustran esa vía: 1.- las canadienses Cooperativas de Trabajadores Accionistas que se financian mediante organismos de desarrollo para adquirir acciones de las empresas en la que sus asociados laboran, invertir en ellas adquiriendo acciones, fortalecerlas financieramente, salvarlas de quebrar y así conservar sus empleos; 2. – las españolas Sociedades Anónimas Laborales (SAL) que funcionan con una lógica parecida a las de las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA) pero con aportes variables de capital siempre que un miembro no posea un porcentaje tal que con solo r su mano pueda decidir.
Siguen: 3.- las scops europeas que han permitido a miles de jóvenes asumir roles empresariales ante el retiro de los antiguos propietarios sobre principios cooperativos y basando su funcionamiento en tres pilares: trabajadores-accionistas, democracia empresarial (los accionistas externo no pueden superar el 35% de los votos a prorrata del aportes), y participación en los resultados o retorno cooperativo; y 4.- los estadounidenses Planes de Participación de los Empleados en el Capital (Employee Stock Ownership Plans (ESOP) con claras ventajas impositivas y formación de generaciones de relevo.
En el caso de empresas salvadas por sus trabajadores sin acuerdos con sus propietarios se encuentran las tomadas por aquellos en una suerte de control obrero hasta lograr derechos de uso y hasta de propiedad, con o sin apoyos gubernamentales. Entre estas se encuentran las abandonadas por sus dueños como las cubanas al inicio de la revolución en ese país, y las empresas de franceses a la salida de ellos de Argelia, proceso que originó la limitada Autogestión Argelina.
También se encuentran aquellas quebradas cuyos trabajadores intentaron o intentan rescatarlas utilizando la figura cooperativa. Caso existen desde hace décadas, el autor de estas líneas ha sistematizado seis interesantes casos de la década de los 70 en la provincia francófona de Quebec, y el caso de una zapatería en Caracas a inicios de los 60. Ellas han proliferado en diversos países como España, Francia, Argentina, Brasil y otros. El caso más antiguos del continente es mexicano es el de la Cooperativa Cruz Azul constituida como empresa privada en el estado de Hidalgo en 1881 pero convertida en cooperativa el 29/01/1934 luego de ser expropiada por la gobernación del estado para ser puesta en manos de 192 trabajadores con el nombre de “Sociedad Cooperativa de Productores”.
La amplia mayoría de estos casos se inician como control obrero y con ciertas y lógicas deficiencias: 1.- sus actores desconocen qué es la Identidad Cooperativa, particularmente la modalidad del trabajo asociado; 2.- ello, gracias a la alienante división tradicional o taylorista del trabajo, carecen de una visión integral de la organización en la que laboran, no siéndoles fácil reconstruir y más difícil aún, direccionar su cadena de valor y sus procesos; y 3.- ruptura de las redes de relaciones y confianza con proveedores y clientes hasta entonces en manos del cuerpo coordinador o gerencial, todas difíciles de reconstruir por los trabajadores alienados por la división mencionada.
Se agrega otra. 4.- la posible ausencia de real participación. Una cooperativa genuina debe tener la participación como eje transversal en todas sus instancias pero, cuando estas son constituidas por sindicatos, por militares como en Venezuela, por exguerrilleros como en Colombia, o simplemente por amantes del sistema jerárquico propio del modelo burocrático, se tiende a replicar jerarquías y a imponer la dicotomía dirigentes – dirigidos en las “cooperativas”. Toda cooperativa con nula participación entra en el rango de las falsas.
05. – Vigencia del emprendimiento asociativo.
El amplio abanico de expresiones asociativas, mutualistas y cooperativas del planeta, desde la griega Compañía Común de Ampelakia (1772 – 1812), considerada por el Comité Económico Social Europeo como la primera cooperativa moderna, pasando por la de Rochdale; los impuestos koljoses soviéticos, los kibbutzim israelíes, y las cooperativas polacas que reconstruyeron un país completamente destruido por los nazis; pasando por las japonesas, alemanas, francesas, inglesas, suecas, canadienses y estadounidenses, países capitalistas con profundas y extendidas pero desconocidas raíces asociacionistas en sus comunidades; hasta las muy nuestras mutuales y cooperativas latinoamericanas que se erigen a pesar de gobiernos populistas y hasta totalitarios, es demostrativo de las bondades y vigencia del emprendimiento asociativo y de que solo el trabajo mancomunado puede llevar a nuestras sociedades hacia horizontes seguros sin dependencias de gobiernos, partidos, iglesias, militares u otras.
En las actuales circunstancias, de escasos recursos en amplias capas de la población, el emprendimiento asociativo es la vía idónea para superar las numerosas secuelas de la pandemia.
Dos guías pudiesen orientar los emprendimientos latinoamericanos, el Plan 2030 de la ONU y los de la Comisión Económica para América y el Caribe (CEPAL) con sus ocho motores de desarrollo: 1.- transición hacia las energías renovables; 2.- movilidad sustentable; 3.- inclusión digital (66 millones de hogares no conectados a internet); 4.- industria manufactura de la salud; 5.- bioeconomía y servicios ecosistémicos; 6.- economía del cuidado; 7.- economía circular; y 8.- turismo sostenible. Todo ello con énfasis en fomentar el empleo, femenino y juvenil en especial; extender los programas de apoyo a las MiPyMEs con el asociacionismo como transversal; la competitividad; y bajar la huella ambiental.
No en balde, justo al momento de terminarse la escritura de este artículo, la ONU destaca el rol de las cooperativas en todo el mundo durante la pandemia, su secretario general de Antonio Guterres afirmó en un informe titulado Las Cooperativas en el Desarrollo Social que “la identidad y el modelo de negocio de las cooperativas “pueden marcar el camino hacia una recuperación justa de la COVID-19, como lo han demostrado sus principios y muchas medidas adoptadas durante la pandemia”.
El informe reconoce acciones concretas realizadas por las cooperativas durante la pandemia concluyendo con cuatro contundentes afirmaciones: 1.- “la resiliencia de las empresas cooperativas demostrada a través de muchas crisis se debe en gran medida a sus principios de solidaridad y cuidado de la comunidad que las diferencian de las corporaciones centradas en los beneficios”; 2.-propone que sean tenidas en cuenta para un “nuevo contrato social en la era post covid-19”, marcada por una “recuperación desigual” entre las distintas regiones del planeta; 3.- . “Las cooperativas tienen un papel importante que desempeñar ya que ponen a las personas, más que a los beneficios, en el centro de sus operaciones”; y 4.- recomienda a los gobiernos “seguir mejorando los marcos legislativos y regulatorios” y “crear políticas y programas para aprovechar el modelo de empresa cooperativa con el fin de lograr una recuperación más inclusiva”, tomando en cuenta la Declaración de Identidad Cooperativa de la Alianza Cooperativa Internacional”.
La vigencia y actual necesidad del emprendimiento asociativo no está en discusión. Demostrado está que con cooperativas se pueden realizar sueños pero también enfrentar los múltiples y variados problemas de la humanidad como lo demuestran las infinitas expresiones asociacionistas desarrolladas en el planeta. Salvar organizaciones generadoras de empleo y constituir nuevas sobre valores y factibilidad socio – económica real deben ser acciones del orden del día.
– Una precisión necesaria.
Finalmente, y esto es clave, formar emprendedores que diseñen apropiadamente sus organizaciones pasa por comprender que antes de constituir una OES, además de aprender a emprender, se debe conocer que es el asociacionismo, qué es lo asociable y lo cooperativizable, cómo funciona y se pone en práctica el asociacionismo, y sobre todo qué implica ser un asociacionista. Sin estos aprendizajes, las OES, particularmente cooperativas que se constituyan no pasarán de llenar estadísticas de gobiernos de turno pues los porcentajes de fracasos serán altos. Hoy se impone lo que afirmaba Simón Rodríguez, maestro de El Libertador Simón Bolívar: “O inventamos o erramos”.
FUENTES.
Bastidas – Delgado, Oscar (2019). La integración Cooperativa. Un oleaje Mundial. Publicado en Amazon: https://www.amazon.es/INTEGRACIÓN-COOPERATIVA-OLEAJE-MUNDIAL-ebook/dp/B07X5NXN8W
Bastidas – Delgado, Oscar (2017). Emprendimiento, Constitución y Gestión de Cooperativas. Publicado en Amazon. https://www.amazon.es/EMPRENDIMIENTO-CONSTITUCIÓN-Y-GESTIÓN-COOPERATIVAS-ebook/dp/B071CVPWDR
Comité Económico Social Europeo (2012). La Economía Social en la Unión Europea. Informe Elaborado para el Comité Económico y Social Europeo por el Centro Internacional de Investigación e Información sobre la Economía Pública, Social y Cooperativa (Ciriec). Valencia, España.
La Gaceta de cooperar. Reconocimiento mundial al rol de las cooperativas durante la pandemia. Recuperado de https://lagaceta.cooperar.coop/reconocimiento-mundial-al-rol-de-las-cooperativas-durante-la-pandemia/