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diciembre 22, 2024
EDITORIAL OPINIÓN

Sabrán todo de ti

En la mesa del pasado jueves, un alto directivo me dijo: -”yo no comparto mi ubicación con las aplicaciones de mi teléfono”. Él quedó convencido de que está seguro en su intimidad.

Tengo una mala noticia. Ya no es necesario dar la ubicación a sus aplicaciones móviles. Aparentemente el mundo ya está mapeado con los repetidores de nuestros wifi y ellos reportan cuántas veces vamos al baño después de apagar la luz de nuestros cuartos.

Algún día, y no será muy lejos, esos reportes se cruzarán con nuestra historia clínica, los datos de los sensores en las sillas de nuestro carro, la temperatura y presión arterial del dedo que desbloquea nuestra pantalla del móvil, la dilatación de la pupila con la que autorizamos el pago de la leche y el pan, los sensores de temperatura en el supermercado, así como la lista de puntos de compras que hacemos en cada tienda de barrio.

Segundo capítulo

“Señor presidente antes de que hablemos de internet y tecnología díganos cómo va a llegar la luz y el agua a nuestros pueblos”. La frase fue de un Obispo ante el expresidente Ernesto Samper. Por ahí al norte de la calle 80, arriba de la avenida 68. En esa época tener un celular aún era símbolo de estatus. La frase no pierde vigencia, pero hoy, así sea el más humilde del pueblo tiene un aparato en la mano.

También van a necesitar desde los más humildes, hasta el ejecutivo, tener su teléfono a la mano si desean disponer de dinero. En algunas ciudades intermedias donde pagar un taxi con un billete de 20 mil pesos es un insulto, esos monederos desvaran a más de uno, sobre todo si el cajero de la plaza ya está seco hace dos días y el camión de valores solo se espera para dentro de dos días más.

 

Con los Sistemas de Pago de Bajo Valor Inmediatos, que prepara el Banco de la República, las transacciones entre entidades con monederos y cuentas serán instantáneas. En una primera etapa
las empresas que ya tienen estos sistemas se mantendrán, pero poco a poco solo quedará una base de datos. Claro es voluntario, se mejora el servicio y aparentemente el mismo sistema lo ha pedido.

Pero, me gustaría preguntar: ¿Entonces para que se necesitarán esas empresas que actualmente tienen los monederos digitales e incluso, hacia mañana, para qué se necesitará una entidad bancaria, si directamente el Banco de la República tendrá una relación directa con cada ciudadano y su dinero?

Pregunta dos: Puede ser en poco tiempo o mucho ¿si el Emisor sabe cuanto dinero hay en cada cuenta e incluso se encarga de intermediar esas operaciones a cada ciudadano y esta información está cruzada con todas las entidades públicas y privadas que autonomía tendré para decidir qué pago y qué no?

Pregunta tres. Si progresa el tema de la renta universal ¿me tocará ser un buen ciudadano para sumar los puntos necesarios para que me la autoricen? Así como dicen que pasa en China.

¿Me permitirán comprar más café o pan si mi servicio médico me dice que no es recomendable o mi exceso de peso me lo exige? ¿Sabrán si soy infiel a mi pareja?

Hay analistas como el español Marc Vidal que advierten de estos riesgos y plantean muchas más preguntas asociadas a la economía y libertad, de llegarse a reemplazar en su totalidad el dinero físico por monedas nacionales digitalizadas, más aún, cuando podrían estar a cargo de gobiernos embelesados con el poder y control de su población o a lo mejor de organismos mundiales que ya
hablan de una identificación global digital.

Es posible que nosotros no veamos este tipo de cosas, pero aparentemente algunos pasos, hacia allá, ya se están dando. Recuerde que ya nos encerraron en nuestras casas, por varios meses.

 

 

 

 

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