Cultura organizacional: cuidado con el ´bullying´ laboral
Por José Alcibíades Guerra Parada
Economista y Periodista, Especialista en Alta Gerencia
Hoy, cuando se habla a diario del bullying en el trabajo o matoneo laboral, es claro que este no se circunscribe solamente a los comentarios despectivos, las amenazas personales, la humillación pública, los ultrajes y las tácticas de intimidación, presión y acoso hacia un empleado, son comportamientos adversos que forman parte de un fenómeno que si bien, no es nuevo en el mundo, su atención y manejo ha tomado fuerza desde hace unos pocos años atrás, por las tremendas implicaciones que conlleva en la persona afectada, no solo a nivel sicológico, de salud física, de estima personal, sino también de estabilidad familiar.
Es así que los gobiernos y las empresas privadas han puesto mucha atención en estos reprochables comportamientos laborales, que pueden suceder entre jefe y subordinado o entre compañeros del mismo nivel y que mancillan no solamente el equilibrio emocional y la iniciativa del trabajador, sino que también ocasionan disminución del rendimiento, baja autoestima, inconformismo y afectan ostensiblemente el buen nombre y la dignidad de las personas agredidas, así como el clima laboral.
En efecto, el ridiculizar y minimizar el esfuerzo, las opiniones y la calidad del trabajo de los demás sin justa causa es, igualmente, un ejemplo claro de matoneo laboral, que lleva a creer al matoneador que es más importante que los demás, sin valorar el esfuerzo y dedicación de estos. Así mismo, poner en evidencia, maximizar hechos y hacer señalamientos públicos cuando un compañero o colaborador comete un error o incurre en una falta, así sea menor, forman parte de este repudiable maltrato y de un oportunismo abusivo.
Las expresiones y comentarios con doble sentido o satíricos, las burlas que, aunque parezcan inocentes entre compañeros, tienen la intención de hacer daño y son reiterativas, forman parte del abuso de palabra y afectan el estado de ánimo de los compañeros o colaboradores y les ocasiona ansiedad y agresividad, haciendo tensas las relaciones interpersonales y creando ambientes organizacionales tóxicos.
La descalificación arbitraria y el marginamiento continuo a determinados empleados de las capacitaciones, los eventos importantes, de las oportunidades laborales, el reconocimiento y la realización personal y profesional, sin una razón valedera, es otro claro ejemplo de matoneo laboral, que aunque se trate de conductas pasivas producto de actitudes preferenciales por parte de los jefes, generan inequidad organizacional y también afectan sicológicamente a los demás empleados, generando desmotivación en el trabajo y disminución de la productividad.
Pero no hay que olvidar que la ley 1010 de 2006 protege en Colombia a las víctimas y su dignidad como personas, buscando prevenir, corregir y sancionar las diferentes formas de agresión verbal y maltrato, así sea pasivo o discriminatorio, que causan perjuicio laboral, a vez que establece que toda organización, sea esta pública o privada, debe crear comités de convivencia laboral para que los afectados no se queden callados y denuncien. Estos comités están conformados por empleadores y representantes de los trabajadores elegidos por sus compañeros. Tras recibir las quejas de acoso, y como mediadores de primera instancia, estos deben adoptar medidas correctivas y preventivas. Si el problema persiste, se puede acudir al Ministerio del Trabajo, a través de los inspectores laborales, en busca de una conciliación, o demandar ante el juez laboral, por su parte los empleados públicos pueden acudir a la Procuraduría General de la Nación a denunciar tales comportamientos reprobables.
Tenga mucho cuidado, utilice bien el poder y sea ecuánime, realice un autoanálisis de su comportamiento, tal vez usted puede estar aplicando bullying laboral, así sea pasivo y no se ha dado cuenta. Sus subalternos y compañeros, sí lo perciben.
Foto. Revista Mia España