Más de lo mismo
1 septiembre 2018: El documento que los gremios cooperativos y especialmente Confecoop presentó al Gobierno, donde se destaca la necesidad de desarrollar las bases para una política pública e integral que permita el desarrollo del modelo cooperativo, es una síntesis efectiva de lo que durante muchos años de manera puntual cada actor del sector solidario ha venido reclamando de las autoridades y el ejecutivo.
Entre tanto, el contexto político hace presagiar, que este documento será analizado, estudiado y posiblemente pase a largas discusiones donde algunos de los temas ahí expuestos sean tenidos en cuenta para responder al clamor de un sector organizado y altamente representativo de buena parte de la población, que confía y participa de este modelo económico asociativo. Pero sin mayor trascendencia.
El panorama inmediato del mapa político y la poca representación en el legislativo de voceros del cooperativismo pronostican que La Reforma Tributaria; la Reforma Pensional; la nueva zanahoria para la galería del mínimo; la distribución de los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP) y la inversión en infraestructura, que ponen al país en el puesto 87 en materia de calidad de infraestructura en el Foro Económico de Competitividad; la Reforma Monetaria que busca retirar tres ceros de peso y los apretones al presupuestos anunciados por le ministro Alberto Carrasquilla en su primera presentación ante el Congreso, más los anuncios de fortalecer e impulsar la economía naranja, ponen al final de la fila el texto de 24 páginas presentado por el gremio cooperativo.
El lobby deberá ser constante, pues a los vientos de apretones para las personas naturales, nos podemos ver invitados a un proceso de desregularización donde el usuario se vea a merced cada vez más de las grandes corporaciones, y ante debilitadas superintendencias que se consideran por el nuevo Congreso como fortines políticos y no lugares de control técnico para el manejo de los diferentes sectores.
El documento del gremio cooperativo es claro y breve, reúne todo el clamor de las empresas solidarias, pero para poder permear algunos puntos, cada uno se deberá colar en las reformas de temas paralelos. Un lobby que en muchos casos no buscará el posicionamiento, sino la no exclusión dentro de la discusión.
Esperemos no asistir a más de lo mismo y que en los procesos de rebarajar que se dan con los diferentes proyectos de ley se logre cantar el éxito de estas iniciativas o de lo contrario en cuatro años asistiremos a un nuevo coro que dirá: Aquí no pasó nada.
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