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diciembre 30, 2024
EN RED INVITADOS José Alcibiades PAÍS VIAJES Y TURISMO

Boyacá, un paraíso para disfrutar

Por José Alcibíades Guerra Parada
Escritor y Periodista

Si usted desea descansar en medio de la naturaleza, recrear el espíritu y revivir más de cuatro siglos de historia del país, lo invito a disfrutar con su familia del hermoso y paradisiaco paisaje boyacense. Tierra de libertad, trabajo y progreso, exuberante y generosa, de verdes ondulaciones adornadas con pequeños bosques de altiplanicie andina y abundantes riquezas naturales, donde la naturaleza nos premió, regalándonos la belleza inconfundible de una campiña multicolor, acogedora y envidiable.

A solo dos horas de Bogotá, por vías totalmente pavimentadas y seguras, encontrará un compendio de anales, crónicas, civismo, arte, cultura, tradición, folclor y singulares contrastes entre el pasado y el presente, que lo hacen un departamento diferente, privilegiado. Porque Boyacá posee incalculables riquezas de todo orden. Es en su totalidad un mapa turístico, que permite recorrerlo a buen precio, donde los viejos conventos, casonas y haciendas patriarcales adornadas con jardines y flores silvestres, aún conservan pequeños oratorios y pinturas de viejos artistas que no quisieron partir sin dejar huella para la posteridad. Estas construcciones coronadas de multicolores buganvillas se convierten en cómodos, tranquilos e inolvidables hospedajes para el visitante.

Gentes amables y acogedoras, pacíficas, místicas por herencia, de noble ancestro aborigen y español; raza trabajadora, de trato cordial, bravía y orgullosa. En cada recodo se encuentra el visitante con estampas de ensueño y ciudadanos dispuestos a prodigar espontánea atención. Sitios extraordinarios, sinónimos de belleza inconfundible y austeridad, harán placentera su estadía a lo largo de 67.000 kilómetros cuadrados de recorrido por carreteras en buen estado, excelente infraestructura hotelera y abundantes lugares donde se puede disfrutar la apetitosa gastronomía boyacense. En su travesía por esta progresista región se pueden admirar las humildes familias campesinas con sus típicos atuendos, engolosinadas en sus diarias labores. Verdaderos cuadros costumbristas dignos de recordar.

 

El visitante podrá elegir de una variada gama de climas. Desde el característico de los soberbios nevados a más de 5.000 metros de altura en el Cocuy y Güican, frío y con suave brisa en los municipios del norte y centro del departamento, al fresco y saludable en Sáchica, Tinjacá, Sutamarchán y Villa de Leiva (foto). Este último solar de Catilla en América, donde parece que el tiempo se hubiera detenido para trasladar nuestra imaginación a épocas pretéritas, donde se siente el fluir del romanticismo por entre sus balcones coloniales, sitio ideal para la reflexión, ambiente espiritual, sereno, un legado cultural debidamente marcada con el sello español.

Usted puede deleitarse con el paisaje norteño de alta vertiente y de Soatá, antigua capital del tabaco y el dátil, con su envidiable clima templado; de la temperatura media cafetera y con suave olor a caña al occidente y sur del departamento, así como en Moniquirá, la ciudad dulce de Colombia y la provincia de Ricaurte, zona de guayaba y panela, hasta llegar al cálido y tropical en las zonas de Cubará, San Luis de Gaceno y Puerto Boyacá a orillas del río Magdalena.

Se sorprenderá al visitar pueblos de románticos balcones coloniales y llamativos adoquines, de raigambre popular, ambiente apacible y atmósfera sosegada que invitan al reposo y la meditación, al tiempo que se recorren viejos caminos acompañados de cimientos y portales madurados por el paso de los años y colmados de múltiple vivencias, se aúnan para el visitante huellas prehistóricas, vestigios precolombinos, reliquias coloniales y cómodos sitios de esparcimiento colmados de noble inspiración y claustral serenidad.

La exquisita arquitectura hispánica de estilo mudéjar y barroca está presente en suscasas, mansiones, templos, capillas y monasterios hermosamente decorados con frescos y lienzos de artistas granadinos, hoy exóticos, museos que encierran blasones, antigüedades, esculturas religiosas y joyas históricas de incalculable valor, fiel remembranza de las épocas colonial, independentista y republicana.

Pasear por la Villa de Santa Rosa de Viterbo, cuna del expresidente General Rafael Reyes Prieto y del gran poeta piedracielista Jorge Enrique Rojas Castro, por el “pueblo de olleros” de Ráquira con su exquisita artesanía en cerámica o por el Municipio de Monguí la tierra de nuestro declamador costumbrista “El Indio Rómulo Mora” y conocer su basílica y convento franciscanos en piedra de sillería, su puente real de calicanto y sus fábricas de balones hechos a mano, son experiencias únicas, vivencias indescriptible que siempre se recordarán.

Como decía un viejo pensador, enamorado de esta tierra sinigual, “Estar en Boyacá esreencontrarse con los valores, es sentirse renovado y bueno. Nuevo en espíritu y cuerpo, porque en cada pueblo y vereda de esta tierra sagrada se aprenden sabias enseñanzas. Desde el lomo de las montañas andinas se derrumba el viento limpio que envuelve nuestros valles y llena de frescura, alegre y cantarina, este panorama que invita a soñar, a cantar a sonreírle a la vida:”

Por todo esto lo invito a conocer el delirio, la sobriedad y la grandeza y a pasear por esta tierra maravillosa, en donde cada sitio es historia, museo y leyenda… por mi amada y majestuosa Boyacá.

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