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noviembre 22, 2024
EDITORIAL OPINIÓN

El asociado está en el barrio

Para competir con un sector financiero cada vez más apalancado en nuevas tecnologías, y cubierto por el big data, muchos ya han iniciado la implementación de estas soluciones de acuerdo a sus capacidades o se encuentran en formación para ello. Con la utilización de las redes sociales y páginas de captura, algunas entidades cooperativas esperan aumentar sus cifras, entre ellas el número de asociados, hacer la colocación de miles de millones de pesos en créditos con un solo clic, con menos personal y sin el gasto continuo de recursos.

Nadie se quiere quedar atrás ante las necesidades impuestas por un mundo cada vez más digitaliza- do, negarlo sería un error. Pero de otra parte existe un gran número de la población que aún no confía en estos sistemas, esto también será cuestión de tiempo. Como lo fue con la utilización de los cajeros electrónicos. Por ahora el brillo de las pantallas tiene concentrada la atención de los expertos, quienes afirman que con la implementación de una buena tecnología las tan anheladas metas se lograran.

Sin embargo, nuestro llamado el día de hoy, es a mantener el trabajo que se hace puerta a puerta con las comunidades. Según cifras de una de estas entidades, en una ciudad como Barranquilla aproximadamente un 38 por ciento de las personas no se acercan a una oficina de una empresa crediticia formal, simplemente por pereza o desconocimiento. A lo que se suma un fuerte temor al rechazo.

El supuesto gasto en transporte, para ir a pedir la información o el no contar con unos documentos básicos de ingresos, sacan de tajo a miles de personas que se encuentran en la informalidad o cuyos re- cursos dependen de negocios de subsistencia. Ahí podría estar buena parte de la base social que aún no es atendida por el sector solidario.

En esas calles están los más propensos al uso del gota a gota, grupos organizados que con la intimidación exprimen a las personas que se sienten atrapadas en su condición, no necesariamente de pobreza, también de orfandad ante la presencia institucional en los barrios. Claro que fundar oficinas va en contra de los nuevos manuales de operaciones, esos costos solo pueden ser asumidos por unos pocos, pero un sistema mixto de oficinas virtuales, móviles y jornadas en los barrios no quedarían mal.

El cooperativismos no debería perder su cercanía con las personas. Seguro que por ahí en los barrios todavía hay millones de ellas que estarían dispuestas a asociarse si alguien las escuchara.

Nota. Feliz 2020. Continuaremos desde nuestras plataformas digitales informado sobre lo que ocurra en el sector cooperativo y solidario del país. Nuestras ediciones con- tinuaran cada mes y tendremos nuevos formatos para estar más cerca con información de cada día.

 

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