Liderazgo y futuro empresarial
POR: ELIECER BERMUDEZ
DIRECTOR-CORJIREH
En mi trayectoria laboral, por más de 30 años, en diferentes sectores económicos como profesor, gerente, consultor, miembro de consejos de administración y de control he trabajado y observado líderes eficaces capaces de movilizar grupos, influir, inspirar y guiar la acción, mediante la aplicación de determinadas herramientas y habilidades directivas. Para el futuro de nuestro país y en particular del sector de la economía solidaria, es necesario reflexionar sobre el liderazgo y clarificar los atributos que deben distinguir a quienes habrán de conducir el movimiento solidario y afrontar los grandes desafíos que esta época histórica de la humanidad y de nuestro sector exige.
Bien sabemos que los líderes aparecen en situaciones difíciles y este es el momento. Lo cual implica la existencia de un proceso de renovación que permita el surgimiento de una nueva generación de gerentes y directivos que impulsen la modernización de la gestión empresarial en el cooperativismo colombiano. No basta simplemente mejorar lo existente, en muchos casos hay que hacer cambios de fondo y superar la inmovilidad y la inercia.
El objetivo del liderazgo es mejorar la calidad de vida de la gente. El sector solidario tiene todo el potencial para participar en forma contundente y exitosa en la superación de la pobreza con acciones dirigidas a la población más vulnerable del país, participando en la solución de problemas sociales económicos y ambientales que nos mantienen en el atraso. La historia es profusa y rica en resaltar los líderes que han propiciado grandes cambios demostrados con sus hechos y ejemplos, uno de ellos, Jesucristo, el gran orientador de la humanidad quien mediante sus parábolas trasmitía poderosos mensajes, llegando de manera sencilla y didáctica a sus seguidores.
Veamos algunas de sus enseñanzas:
Inspirador y guía para un mundo rápidamente cambiante que demanda nuevas formas prácticas de aplicación.
Dedicado a su misión, cuya esencia fue enseñarle a la gente un mejor modo de vivir, donde sobresalen su foco y claridad de objetivos.
No necesitaba justificación externa, su juez era Dios y su propia evaluación objetiva, para el cumplimiento de sus metas.
Los verdaderos líderes se caracterizan, además, por tener una clara visión de sus metas y una orientación hacia la acción. Los verdaderos líderes producen resultados tangibles, no solo grandes ideas o teorías.
Administraba muy bien sus energías. Evitaba fugas de energía – reuniones innecesarias, discusiones inútiles, distracciones, inmiscuirse en los asuntos de los demás.
Hacia las tareas difíciles. Para lo fácil no se necesitaban líderes.
Un apasionado de su causa. No se dejaba paralizar por el temor. Si esperamos a que desaparezcan nuestros miedos para poder comenzar, nunca empezaremos.
Era un hombre de acción, tomaba decisiones audaces.
Formó un gran equipo.
Daba siempre lo mejor de sí, un buen líder le tiene fobia a la mediocridad.
Gran especialista en darle la vuelta a situaciones muy difíciles.
Receptivo a las ideas de los demás, confesaba que no se las sabía todas.
Actuación transparente, nunca hizo juego doble con ninguno.
Empoderaba a su comité ejecutivo – a los apóstoles daba autoridad y autonomía.
Sabía muy bien que “nadie gana hasta que no ganemos todos”.
En síntesis, los verdaderos líderes se caracterizan, además, por tener una clara visión de sus metas y una orientación hacia la acción. Los verdaderos líderes producen
resultados tangibles, no solo grandes ideas o teorías.
¿Quién de nuestros dirigentes tiene propuestas atractivas, estrategias innovadoras, proyectos inspiradores? El paternalismo y el fundamentalismo legalista son fórmulas
obsoletas.