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marzo 29, 2025
Al Día Economia

Hablemos del modelo de microfinanzas

El tema de las microfinanzas y en particular de los microcréditos, no es nuevo en el ámbito financiero nacional y ha sido por muchos años una especie de panacea para generar crecimiento económico, pero realmente esta característica no siempre es bien demostrada y por ende no es muy claro que deba ser una parte importante de la política pública, a pesar de ser un modelo que tiene ciertas características que lo aproximan a una política de desarrollo social.

Por: Ricardo Lozano Pardo
Consultor empresarial

La esencia del modelo de las microfinanzas se puede resumir en los siguientes aspectos:

1. Foco en inclusión financiera: Busca democratizar el acceso al crédito, ahorro, seguros y otros servicios financieros para poblaciones vulnerables o excluidas del sistema financiero tradicional. Sin embargo, los reportes de inclusión financiera no siempre indican logros significativos en este propósito, lo cual refuerza el criterio si se debe hacer énfasis en este tipo de modelo dentro de la política pública o de la gestión financiera empresarial.

2. Su enfoque está en la base de la pirámide: Se dirige principalmente a emprendedores de pequeñas actividades económicas (no necesariamente de carácter productivo), trabajadores informales (con lo cual se incentiva esta práctica poco deseada), mujeres y comunidades rurales.

3. Se caracteriza por otorgar préstamos pequeños: Los créditos suelen ser de bajo monto, diseñados para cubrir necesidades específicas o impulsar microemprendimientos. En este sentido, se entenderá fácil que su impacto en el total del PIB de un país no es significativo.

4. Se manejan normalmente garantías no tradicionales: Sustituyen garantías materiales por otras formas de aseguramiento, como avales grupales o la reputación comunitaria. Esta práctica, siendo válida, representa una actividad crediticia de alto riesgo, que en muchas ocasiones explica el por qué no hay un compromiso muy claro del sector financiero tradicional y por el contrario, se le asigna este gestión a entidades no tradicionales, entiéndase microfinancieras y cooperativas, con resultados no muy satisfactorio.

5. En muchas partes se utiliza metodología grupal: Muchas microfinancieras trabajan con grupos solidarios donde los miembros se garantizan mutuamente, fomentando el sentido de comunidad y responsabilidad. Todavía está pendiente de la evaluación técnica de los resultados de esta práctica.

6. Requiere de un alto componente de capacitación y acompañamiento: Además de los servicios financieros, muchas instituciones ofrecen educación financiera, capacitación empresarial y asesoría. Esta característica es una de las razones que explican el alto costo de este modelo financiero.

7. Es un modelo que ofrece una alta adaptabilidad: El modelo se adapta a las necesidades específicas de las comunidades locales, considerando factores culturales, Principales dificultades del modelo de microfinanzas:

1. Altos costos operativos:

Gestionar pequeños préstamos y mantener contacto cercano con los clientes implica altos costos administrativos por transacción. Esta dificultad se traduce en altas tasas de colocación que si bien son menores a las tasas de interés del “gota a gota”, no deja de ser una falacia en términos de ser beneficioso para la población vulnerable.

La atención personalizada y las visitas de campo aumentan los gastos, lo que se traduce también en tasas de interés más altas para los prestatarios.

2. Sostenibilidad financiera:
Muchas microfinancieras dependen de subsidios o financiamiento externo para operar, lo que dificulta su autosuficiencia a largo plazo. En general, su estructura de apalancamiento financiero es ineficiente y genera dependencias indeseables con las fuentes de proveeduría de fondos para mantener sus operaciones activas.

Las tasas de interés elevadas, necesarias para cubrir costos, a veces terminan por ser contraproducentes para los prestatarios.

3. Mala gestión del crédito:
Se ha evidenciado un sobreendeudamiento de los clientes siendo este un problema común entre los clientes de las microfinancieras, ya que algunos solicitan múltiples préstamos a diferentes instituciones y, curiosamente, siguen con los préstamos del “gota a gota”, todo lo cual se traduce en claras dificultades de pago de los prestatarios y en altos niveles de cartera morosa que exigen altas provisiones con afectaciones claras en el P&G.

Falta de herramientas robustas para evaluar riesgos crediticios, especialmente en zonas rurales con poca infraestructura.

4. Falta de educación financiera:
Los clientes carecen de las habilidades necesarias para gestionar sus finanzas, lo que aumenta el riesgo de incumplimiento. La falta de capacitación en modelos de negocio puede limitar el impacto del crédito en el crecimiento económico.

5. Limitaciones tecnológicas:
En zonas rurales o de difícil acceso, la infraestructura tecnológica y de comunicaciones suele ser deficiente, limitando la implementación de soluciones digitales que reduzcan costos.
Las instituciones microfinancieras tienen dificultades para adoptar tecnologías como banca móvil o plataformas Fintech y no se vislumbran acciones colaborativas que pudieran dar solución efectiva a esta dificultad.

6. Impacto limitado en la pobreza:
Aunque los microcréditos pueden mejorar los ingresos temporales, estudios han mostrado resultados mixtos sobre su impacto real en la reducción sostenible de la pobreza. En muchos casos, los préstamos se utilizan para consumo en lugar de inversión productiva, limitando su efecto transformador.

7. Regulación y supervisión insuficientes:
En varios países latinoamericanos, las microfinanzas operan en un entorno regulatorio débil y todavía más, en un entorno poco supervisado, lo que puede dar lugar a prácticas abusivas, falta de transparencia en las condiciones de crédito y riesgos para la estabilidad financiera.

No niego que esta es una visión bastante crítica del modelo de las microfinanzas, pero me he referido a realidades que se han expuesto en múltiples estudios e investigaciones y que dejan claro que es un modelo de alto riesgo, de altos costos activos y pasivos, poco diversificado en producto y fuentes de fondeo y su efectividad no lo es tanto. Todo esto para decir que, si bien el modelo de microfinanzas sigue funcionando, hay que manejarlo con prudencia y buscar cómo mejorarlo para que realmente tenga impacto económico y social y que no sea un generador de preocupaciones de inestabilidad financiera, con sus nefastas consecuencias a nivel global. Para ello, pasemos rápidamente a sugerir algunas acciones:

1. Diversificación de productos: integrar otros servicios financieros (ahorro, seguros, remesas) para cubrir todas las necesidades de los clientes. Esta acción se hace mediante alianzas estratégicas empresariales, para evitar altas inversiones y generar economías de escala efectivas. Esto se trasformaría en mejores resultados financieros y una mejora del riesgo del modelo.

2. Educación y capacitación: Fortalecer la formación en finanzas y gestión de negocios para maximizar el uso productivo de los recursos. Desarrollar programas educativos accesibles que
enseñen gestión financiera básica y habilidades empresariales. Colaborar con ONG´s y universidades para ofrecer talleres prácticos en comunidades vulnerables.

3. Uso de tecnología: implementar soluciones digitales para reducir costos operativos y ampliar el alcance, como la banca móvil y los pagos digitales. Esta acción debe ser definida dentro de un esquema colaborativo o de alianzas estratégicas, precisamente por ser intensiva en altas inversiones

4. Monitoreo y regulación: Establecer marcos regulatorios adecuados que protejan a los clientes y aseguren la sostenibilidad de las instituciones. Implementar regulaciones más estrictas que incluyan límites claros sobre tasas de interés y prácticas crediticias.

Involucrar a un ente regulador público específico (podría ser la Supersolidaria) para supervisar las entidades microfinancieras y garantizar la protección del consumidor. Esta acción permitiría también desarrollar esquemas para cambiar la estructura de fondeo de este modelo, permitiendo esquemas de captación de ahorro con buena supervisión. Para lograrlo, la siguiente numeral propone facilitar el logro de este propósito.

5. Promover las fusiones o transformaciones: Por la similitud de operaciones y de gestión empresarial, las empresas microfinancieras se acercan a las cooperativas de ahorro y crédito y podría darse dos tendencias: la transformación o la fusión, siendo esta ultima la de menores costos y mayor efectividad.

6. Regulación de Tasas: Se requiere una regulación más estricta sobre las tasas de interés aplicables a los microcréditos para evitar abusos y proteger a los prestatarios. Esto podría incluir límites más claros sobre las tasas máximas permitidas y mayor transparencia en la información sobre costos asociados.

7. Evaluación del impacto: Desarrollar indicadores claros para medir el efecto del crédito en la calidad de vida de los prestatarios y ajustar estrategias según los resultados.

Establecer indicadores claros para medir el impacto social y económico del microcrédito.

Realizar evaluaciones periódicas para ajustar políticas según los resultados obtenidos.

8. Ecosistemas integrados: Vincular las microfinancieras con cooperativas, ONG ´s y programas gubernamentales para maximizar el impacto.

 

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