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diciembre 10, 2024
MUNDO Oscar Bastidas

De la calle El sapo a Carabobo

Por: Simón García

Recuperado por el profesor:  Óscar Bastidas

Caracas – Venezuela

En 1844, un grupo de artesanos y asalariados del sector textil integrado por 27 hombres y una mujer establecieron en la calle El Sapo de una localidad inglesa, la primera empresa cooperativa moderna: la Sociedad Equitativa de Rochdale.

Así comenzó la expansión y evolución del movimiento cooperativo por el mundo, muy influenciado por el pensamiento de Robert Owen, uno de los reconocidos socialistas utópicos y probablemente el mayor capitalista británico en la época. Esa influencia impidió el arraigo de las ideas comunistas en el movimiento obrero y cooperativo de Inglaterra.

La aparición de las cooperativas tienen que ver con la búsqueda de paliativos a tres graves problemas sociales: 1) La pobreza, 2) la exclusión, 3) la intensificación de la explotación del trabajo. En esas asociaciones se agrupaban personas que deseaban satisfacer sus necesidades económicas fuera de las lógicas de dominación jerárquica. Más allá del tema económico los asociados aspiraban a mejorar su educación y calidad humana.

Gustavo Salas Römer

En 1967, un porteño egresado de una Universidad de EEUU, Gustavo Salas Römer, participa en la fundación de la Central de Cooperativas Sociales del Estado Lara, la cual se convertirá en un modelo nacional. En el 2022 CECOSESOLA mereció el Premio Nobel Alternativo por los logros obtenidos en su desempeño.

El 10 de agosto de 1989 el Comité Promotor de la Cooperativa Lisandro Alvarado firma su registro en Valencia. Entre los que participan en esa diligencia están Saúl Corona, Jesús Rodríguez, Luis Noguera, Armida de Corona, Maritza León y Martiniano Marín.

En 1991 el gobernador Henrique Salas Römer nombra Secretario de Participación y Solidaridad a Luis Vilches, un apasionado cooperativista desde los setenta que había sido presidente de la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave) entre el 87 y el 89. Le tocaba incentivar el emprendimiento asociado y responsable de personas con limitados recursos mediante créditos y apoyo gerencial a sus cooperativas.

Durante el siglo XX Venezuela nunca pasó de 1.000 cooperativas, muchas de ellas gracias a la labor formativa de sacerdotes jesuitas. Pero a partir del triunfo de Chávez y de la Constitución de 1999 que les da rango constitucional, se produce un crecimiento enorme de las cooperativas sin cooperativismo. Al 2003 existen en el país unas 5.953 cooperativas según declaraciones de otro carabobeño promotor del Nuevo Cooperativismo, Augusto Celis Minguet, profesor de la UC y en ese momento Superintendente Nacional de Cooperativas.

Las cooperativas en Carabobo tuvieron como eje integrador la prestación de servicios funerarios con su taller de fabricación de urnas. Se formaron Cooperativas importantes como la Central Cooperativa de Aragua y Carabobo (Cecoarca) en Puerto Cabello con sede en la calle principal del barrio 23 de enero y la Cooperativa Bejuma en los Valles altos o la Diosa Mora en Morón.

También surgieron las Cooperativas de Transporte con un vínculo solidario, pero basadas en la propiedad individual del vehículo. Aún pueden verse, borrosos, los dos pinos en Unidades de transporte de Paraparal, El trigal, Mañongo, Metro sur o Las Palmitas en Valencia y en el Puerto Juan del Mar, Rancho Grande, La porteña o El Fortín.

Hubo Cooperativas de productores como la de 150 pequeños criadores de pollo en Guigue o Alumifenix para procesar aluminio.

En el área vivienda se producen experiencias exitosas como la Cooperativa Asociación de educadores provivienda de Carabobo que construyo 170 apartamentos en San Diego y una organizada por profesores universitarios como Ignacio Vásquez, Eric Núñez, Roraima Quiñones (+), Corteza Pacheco (+) y Rosa Graciela Ojeda en la Urbanización Chaguaramal de La Entrada.

En Valencia hubo la Norte en la Av. Universidad de Naguanagua, Acosemi en La Isabelica o la Carabobo que funcionó cerca del Terminal viejo.

Pero una mención especial merece la Cooperativa Lisandro Alvarado con sede principal cerca de la CHET por su resistencia a la crisis económica y a la pandemia. Entre sus fundadores están Ponciano Ascanio, Laureano y Demetrio Petit. A partir de 2002 la mantuvieron activa sus sucesivos presidentes. Entre ellos el persistente activista cooperativista, Johny Vargas y luego Rosa Rodríguez Félix Carreño y Manuel Pineda.
Entre los dirigentes cooperativos de Carabobo también hay que mencionar a Israel Caraballo, Carmen de Tarazona, Doraima Barrera, Gladys Ortega y el médico Leo Pineda quien inició la prestación de estos servicios en la Lisandro Alvarado.

Hay mucho que reivindicar en la labor silenciosa y anónima de estos pioneros carabobeños. Una experiencia a la espera de reflexión, atención e investigación.

» Es importante impulsar la memoria colectiva de nuestras organizaciones 

Este es un buen ejemplo en un estado venezolano

Un abrazo» 

Profesor,  Óscar Bastidas.

 

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