¿Por qué no agregan valor los consejos de administración?
Por: Eliécer Bermúdez
Director-Corjireh
La necesidad de mejorar el desempeño de los consejos de administración requiere establecer, como prioridad, la contribución a la generación de valor a las empresas solidarias, asociados y comunidad en general.
En las empresas de economía solidaria, el funcionamiento del Consejo de Administración puede calificarse, con pocas excepciones, de francamente obsoleto porque, en su gran mayoría, se trata de “Juntas Ceremoniales” que cumplen superficialmente con sus deberes y generan escaso valor a las organizaciones, veamos por qué:
Concentran su atención en el pasado. Casi todos los Consejos de Administración (Junta Directiva), se reúnen una vez al mes a analizar lo que sucedió. Sin desconocer que es importante evaluar lo ocurrido para aprender lecciones que pueden ser útiles en el mañana, el dedicarle demasiado tiempo y energía a lo que ya es historia como hablar de proyectos a corto plazo sin considerar el futuro, son las equivocaciones de los consejos (juntas)-, que se obsesionan con los planes de los próximos meses, en lugar de proyectarse a mediano plazo.
Miran los árboles en lugar del bosque. Muchos miembros del Consejo de Administración (Junta Directiva), se engolosinan con los detalles y preguntar por asuntos menores. Desaprovechan el escaso tiempo en discusiones bizantinas sobre decisiones cuyo impacto será marginal. Deberían más bien concentrar su energía en los factores cruciales, en el panorama global. Porque por andar pendientes del 80% de tareas que aportan tan solo el 20% de las soluciones, descuidan los temas señalados en el Principio de Pareto el 20% de labores que generan el 80% de los beneficios.
Subestiman el impacto del entorno. Por sumergirse demasiado en los asuntos internos de las empresas, los Consejos de Administración (Junta Directiva), descuidan el análisis de las grandes tendencias sociales, económicas y políticas cuya evolución a la larga tendrá más repercusiones en los resultados y el crecimiento de la empresa solidaria, que en la misma administración de su operación cotidiana. El estudio profundo de las variables externas claves tales como cambios en el entorno socioeconómico y geopolítico, además de las amenazas y oportunidades que inciden sobre la permanencia, debería ser uno de los principales puntos en la agenda de un Consejo eficaz.
No le prestan suficiente atención a la competencia. Nuevamente, por esa extraña obsesión con los asuntos internos de la organización, los directivos tienden a hacer evaluaciones superficiales de las fortalezas y debilidades de la empresa frente a sus rivales actuales y potenciales.
CONCLUSIONES
No existe evidencia alguna que el solo pensamiento burocrático y puramente teórico pueda reemplazar la falta de talento empresarial, habilidad que logran las personas que lo poseen.
El proceso de selección de nuestros directivos es más parecido al sistema electoral colombiano, donde prima la antigüedad o se trata de un nombramiento honorífico y dista mucho al de las otras empresas que vinculan personas con amplios conocimientos y experiencia. Por otro lado, se puede afirmar con certeza que en nuestras organizaciones no es una exigencia ser un experto en las actividades claves de la empresa, es así, como cualquier asociado puede integrar este organismo sin acreditar requisitos distintos al de ser hábil y acuden usualmente a la disculpa de la “participación democrática” para saldar cualquier cuestionamiento al respecto.
Mejorar el desempeño profesional y eficiente de los directivos, implica actualizar los procedimientos de selección de directivos en nuestras organizaciones solidarias teniendo presente la existencia de talento empresarial y además diseñar un sistema de compensaciones para incentivar y atraer personas que contribuyan con estrategias, creatividad e innovación, para minimizar los riesgos en un mundo cada vez más cambiante y exigente.