Vivimos nuestra primera real crisis global
Algo que comenzó como una noticia poco relevante el 31 de diciembre pasado, ha ido tomando una amplitud y profundidad inéditas.
Nunca en la historia humana habíamos enfrentado una situación como esta, con tantas repercusiones,
Vivimos nuestra primera real crisis global.
Estamos viviendo momentos que van a cambiar radicalmente el rumbo del mundo. Las personas, las familias, las empresas y los países vamos a aprender mucho de esta crisis.
No solamente la recuperación tomará muchos meses, dos o mas años, sino que habrá tantos impactos, a todo nivel, que todo será distinto.
Uno quisiera pensar que, pasadas estas semanas únicas en la historia reciente, todos seamos mejores en muchos sentidos.
Estando en nuestras casas, sin poder salir, compartiendo con nuestra familia más cercana, o solos en algunos casos, tenemos muchos días para meditar. Ya comienzan a surgir toda clase de manifestaciones de amistad, solidaridad y de empatía por el otro, reacciones espontáneas que se van a multiplicar a medida que avance esta especie de guerra nuclear sin bombas en la que estamos.
Tomamos conciencia de la fragilidad de nuestras vidas, aun si tenemos mucho a nuestro favor. Aprendemos a pensar en los que están solos, en aquellos que no tienen ingresos asegurados sino que dependen de sus ventas diarias -ahora imposibles- (peluqueras, comerciantes, dentistas, talleres, restaurantes, etc.), las personas mayores, las madres solteras, etc. Cada noche salimos a nuestras ventanas a aplaudir anónimamente a médicos, policías y enfermeras. En fin, esta crisis eta despertando sentimientos que teníamos dormidos social y personalmente.
Este despertar de nuestra humanidad, este reencuentro con nosotros mismos, nos va a llevar muy cerca de los grandes valores que animan a la cooperación. Un modelo cuyos fundamentos parten de la esencia misma del ser humano. El mensaje de equidad, solidaridad, ayuda mutua, que encierra el modelo cooperativo, puede alcanzar nuevos niveles de escucha, de entendimiento, en estos días aciagos.
Mirando todo esto en perspectiva, creo que se esta gestando una enorme, gigante, oportunidad para la cooperación, para las cooperativas*.
El terreno va a estar muy fértil para la solidaridad y la ayuda mutua.
Con el animo de alimentar una reflexión más amplia y más rica con la ayuda de todos ustedes, mis amigos y lectores, quisiera proponer algunas oportunidades que veo en esta situación.
i. Veo una oportunidad enorme para que las cooperativas demostremos de que estamos hechas: en que medida somos distintas de las empresas de capital. Ahora es que se debe ver la diferencia entre una cooperativa de ahorro y crédito y un banco (pese a que tampoco podemos tomar cualquier decisión, pues estamos sujetas a la misma regulación y a las mismas condiciones del negocio, pero si podemos reflexionar distinto).
ii. Oportunidad para promover soluciones solidarias a los problemas cotidianos, favoreciendo la ayuda mutua y la intercooperación. Por ejemplo en el transporte, el abastecimiento, la producción, la atención de servicios sociales, etc.
iii. Hay una gran oportunidad, en la recuperación económica, que será lenta y larga, para que se fortalezcan cooperativas actuales, nazcan nuevas, se retomen empresas en dificultad bajo la figura de cooperativas de trabajo, etc.
iv. Una de las grandes oportunidades no aprovechadas por el sector cooperativo a nivel mundial es la salud (salvo pocas y muy honrosas excepciones). Esta crisis nos esta mostrando lo mal que hemos manejado como personas, familias y países el tema de salud. Las cooperativas somos una formula tremendamente poderosa y eficaz para la salud, especialmente y sobre todo, cuando los cooperados somos los usuarios del servicio, o – en el limite- creando cooperativas cogestionarías de profesionales de salud y usuarios.
v. Creando cooperativas que congreguen a profesionales independientes y a emprendedores, para darse servicios compartidos, protegerse, abastecerse, etc. De todas las familias, las más desprotegidas, lo estamos viendo, son las que no tienen la suerte de tener un salario. Disfrutan de muchas otras ventajas, pero en casos como este son las que más sufren.
vi. No tiene que ver directamente, pero si con el fondo del concepto cooperativo de empresa… esta es una oportunidad para que aprendamos a consumir mas responsablemente, a adquirir una nueva ética del consumo.
vii. El cuestionamiento profundo que poco a poco cada uno de nosotros nos estamos haciendo, posiblemente potencie los fundamentos éticos y filosóficos del modelo cooperativo.
viii. Es también el momento para que los organismos de integración impulsen grandes iniciativas para el movimiento. Ahora es que necesitamos el liderazgo visionario, el compromiso superior, la acción conjunta.
En fin, no pretendo agotar el tema, sino invitar a una reflexión más amplia. Aprovechar este cambio de mentalidad ante realidades y valores para los que el modelo capitalista es totalmente insensible.
Aprovecho para disculparme por haber interrumpido las publicaciones de Strategy Reseau…. Estos meses la vida me ha planteado muchos desafíos, y no he podido cumplir mi propósito de cuatro números al año, pero vamos a retomar. Gran abrazo y que ustedes y sus familias estén bien.
Solidaridad Equidad Ayuda Mutua Democracia Responsabilidad Compromiso Educación
Nota *. Debo reconocer que esta reflexión tan positiva no me nació a mi, sino que, como siempre que hay ideas muy buenas, se originó en una mujer, mi compañera Angelita, que, sin ser cooperativista, me compartió uno de estos días, al desayuno, esta esperanzadora visión de la crisis que vivimos.
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