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abril 24, 2024
EDITORIAL OPINIÓN

Costo versus eficiencia social /Edición-102

El margen de intermediación al que se deben someter las entidades solidarias es evidentemente restrictivo si lo que se pretende es dar es la mejor oportunidad a sus asociados y una buena rentabilidad para quienes depositan en ellos sus ahorros e inversiones.

El problema está en que ese mismo margen tan reducido no les da la posibilidad a las cooperativas, fondos y mutuales de desarrollar un músculo financiero mucho más potente y por el contrario se enfrentan a las amenazas de actores externos que ven en ese mercado ya desarrollado como una oportunidad para ganar de mano algo de volumen.

El tema no es novedoso. De hecho desde hace años cuando fue aprobada la ley de libranzas y otras acciones que se han visto desde mucho atrás, se ha dado una competencia que en muchos casos ha logrado debilitar a algunas entidades cuya base social ha visto como una oferta mejor de uno, dos o tres puntos se constituye en una oportunidad para reducir su endeudamiento o liberar algo de efectivo.

Nuestro planteamiento de hoy es diferente, y está sujeto a los comentarios de nuestros lectores, un público mucho más especializado en el tema.

¿Qué tal se invierta el orden del negocio y el factor del precio del dinero se modifique por un servicio superior?

En realidad muchos productos al interior del sector cooperativo, aun son deficitarios en la cantidad de servicios adicionales, velocidad y posibilidad de uso en un mercado global. Así se advirtió en el taller de ahorro y crédito de Fecolfin realizado en octubre en Cartagena.

A lo anterior se suman algunos factores que en la operación de intermediación podrían ser replanteados, como costos adicionales, administrativos y otros que encarecen la colocación del crédito cooperativo. Costos que en muchos casos son ineficientes por parte de las entidades solidarias que deben enfocar su capacidad en un mercado aparentemente menor en volumen frente a sus competidores los bancos.

De otra parte están quienes afirman que el éxito no está en el volumen sino en la calidad ¿Para qué una base social alta? Base que demanda más recursos, cuando los existentes solo alcanzan para una población descremada. El estrés generado por una mayor demanda lleva a los equipos ejecutivos a la búsqueda de recursos, muchos de ellos a altos costos lo que pone a la cooperativa en una situación de debilidad frente a quienes proveen esos fondos.

Muchos administradores cooperativos invocan los principios como la base para que un público altamente informado se aferre a la entidad de la que es propietario. Lo que para muchos es un factor que todavía no se ha logrado trasladar a buena parte de los asociados. Así se evidencia en la gran rotación e incluso deserción de buena parte de la población cooperativa.

Mientras se hacen acciones para incrementar el grado de pertenencia a la cooperativa, se adelantan jornadas de formación, regalos, actos culturales, fiestas y se dan promociones. Todavía los asociados no identifican estas ventajas particulares.

Entonces el tema queda planteado y cada entidad deberá determinar cuál es el mejor camino ¿Qué tal dejar atrás el precio del dinero y poner uno real de acuerdo a cada empresa, qué tal mejorar el servicio? ¿Cómo eliminar el estrés por recursos y no angustiarse por la competencia? ¿Debe el sector cooperativo, especialmente el financiero dejarse de preocupar por tener un crecimiento al ritmo del mercado?

 

Foto: 100negocios.com

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