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abril 18, 2024
Alveiro

Si el sector solidario pensara en microfinanzas…

Por: Alveiro Monsalve Z.

Consultor- Publicado en febrero de 2013.

El micro financiamiento es una poderosa herramienta en la lucha contra la pobreza. La economía social y solidaria podrá encontrar en esta alternativa financiera una eficaz solución para las personas de escasos recursos que necesitan una gran variedad de servicios financieros y no solamente préstamos de consumo y de carácter comercial.

Existen claves estratégicas que rigen el desarrollo de las microfinanzas, recomendadas por organismos internacionales especializados en este campo, las cuales deberían ser tenidas en cuenta en el ejercicio de la actividad financiera solidaria:

1. Prioridad a personas de bajos recursos

Savings protection

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Los asociados vinculados a las organizaciones solidarias por lo general son empleados de grandes empresas, operarios asalariados, pequeños emprendedores, trabajadores independientes, madres cabeza de familia, jubilados, obreros del campo. Sus recursos suelen ser escasos y por ello necesitan particularmente servicios financieros adecuados a su capacidad de pago, de fácil acceso, flexibles en las condiciones exigidas y de costos razonables. El microcrédito se constituye así en una alternativa para miles de personas cuyos ingresos son insuficientes para mejorar el nivel económico y social de sus familias.

2. Servicios financieros sostenibles

El acceso sostenible a servicios financieros a través de las cooperativas y de los fondos de empleados, permite que las personas pobres aumenten sus ingresos e inviertan en actividades productivas. El microfinanciamento es una poderosa herramienta en la lucha contra la pobreza. Pero su estructura institucional, proyección social, amplia cobertura y desarrollo integral, deben ser viables y sostenibles en el tiempo. Así los hogares pobres podrán ir más allá de la sobrevivencia básica, planear su futuro y alcanzar mejores condiciones de vida en salud, nutrición y educación para los niños.

3. Microfinanzas como alternativa

En nuestro país más del 40 por ciento de la población no tiene acceso a los servicios financieros básicos. El desarrollo de las microfinanzas a través de las organizaciones solidarias sería una alternativa posible para ampliar la bancarización de la base social. Los esfuerzos de gobiernos son insuficientes aún con tasas subsidiadas, el gran capital financiero no encuentra atractivo ofrecer pequeños créditos a miles de personas asalariadas con bajo nivel de ingreso. Las entidades organizadas del sector solidario orientadas al ahorro y al crédito, a la generación de empleo y a la prestación de algunos servicios, pueden hacer mucho en este sentido facilitando el acceso al microcrédito aunque el costo del dinero no sea el más bajo deseable.

4. Cultura microfinanciera

Todas las cooperativas y fondos de empleados deberían orientar buena parte de sus recursos financieros a incentivar la cultura del pequeño ahorro, los microseguros, las transferencias en dinero y el microcrédito productivo. Esto debería ser una política de orden estratégico en el sector solidario. Y hay que hacerlo de una manera eficiente, ágil, segura, a bajo costo y sostenible para contrarrestar la competencia de los demás intermediarios financieros del sistema. La cultura micro financiera no es otra cosa que el mantenimiento continuo de los servicios financieros a los pobres dentro de una filosofía de economía social y solidaria.

5. El microcrédito no es un pequeño crédito

No se debe confundir el pequeño crédito ofrecido por las cooperativas y fondos de empleados, con el microcrédito. La filosofía de servicio, el enfoque en la práctica diaria, el nicho de mercado y el manejo del riesgo, hacen muy diferente el microcrédito frente al crédito de consumo y comercial ofrecido tradicionalmente por las organizaciones solidarias.

El microcrédito es el pequeño recurso financiero de fácil acceso y de garantía solidaria para las personas de más bajos ingresos. Sin embargo, el microcrédito por sí mismo no es la solución plena para las personas pobres. En muchos casos se requieren programas sostenibles de ayuda económica, apoyo técnico y logístico, conexiones en el mercado, mejoras de infraestructura, incentivos de empleo, capacitación y muchos otros servicios no financieros que pueden convertirse en herramientas apropiadas para aliviar la pobreza. Más que microcrédito, las personas de bajos ingresos lo que necesitan son oportunidades. Y aquí deben jugar un papel muy importante las organizaciones solidarias dentro de un modelo de economía social.

6. Modelo solidario eficiente

El modelo de las organizaciones solidarias puede llegar a ser muy eficiente en términos de costos administrativos, intermediación financiera, tasas pasivas que incentiven el ahorro personal y familiar y en tasas activas que estén siempre por debajo del promedio del sistema financiero. Los aportes sociales y el ahorro programado son la base del capital social creciente que hace sostenible la viabilidad financiera de una organización solidaria. El micro financiamiento tiene aquí un positivo escenario para su desarrollo.

7. Papel facilitador del gobierno

El papel de un gobierno debe ser el de facilitador en los mecanismos para superar la pobreza, no el de proveedor de servicios financieros. Es necesario proteger el ahorro de la gente pobre, propiciar la bancarización a bajo costo, facilitar el acceso a las oportunidades micro financieras, evitar las distorsiones del mercado, impedir la acción depredadora de los grandes capitales, acabar con la corrupción y por el contrario establecer mediante nuevas normas el desarrollo de la banca social a través de las organizaciones solidarias. Este debe ser uno de los grandes propósitos de la economía social y solidaria como alternativa frente a la concentración excluyente de un sistema capitalista.

8. Desarrollo micro financiero solidario

Es posible una banca solidaria fundamentada en el pequeño ahorro familiar. Es viable ofrecer portafolios financieros que favorezcan realmente a las personas de bajos ingresos. Se puede desarrollar una infraestructura micro financiera sostenible con unos mínimos estándares de desempeño eficiente y competitivo. Para ello se requiere hacer integraciones en red dentro del sector solidario, construir economías de escala, superar la mentalidad corta de muchas decisiones institucionales, cambiar la normatividad actual y explorar nuevos mercados con productos y servicios innovadores que ofrezcan valor agregado real a los cooperados.

9. Hacia una economía social y solidaria

La economía social y solidaria está centrada en el bienestar del ser humano. Es humanista e incluyente por esencia. Su objeto es el bien económico y social de la colectividad. En la economía social el capital está al servicio del hombre.

Dentro de la economía social juegan un papel muy importante las organizaciones solidarias como unidades económicas de producción y de consumo. Estas organizaciones pueden constituirse en una gran red de banca social articuladas con las instituciones del Estado y con el conjunto del sistema financiero.

Existirían dentro del sistema, organismos especializados de regulación y supervisión en el tema micro financiero, así como sistemas de información ágiles y transparentes e instituciones de capacitación especializadas. El crédito dinamiza el conjunto de una economía y en este caso el crédito de los pobres, que son los clientes de las microfinanzas, alcanzaría un enorme poder de transformación económica y social.

Las microfinanzas deben ser parte sustancial de las organizaciones solidarias. Se trata de construir economía social a partir del ahorro y el crédito que ofrecen las cooperativas, los fondos de empleados y las asociaciones mutuales. El crédito para las personas de bajos ingresos necesita replantearse a fondo para lograr mayores coberturas y por esta vía mejorar la calidad de vida de miles y miles de personas en nuestro país.

Foto: aenus

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