Cinco aspectos claves sobre la importancia de las cooperativas para el bienestar de la población y el desarrollo sostenible
El Año Internacional de las Cooperativas 2025, proclamado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tiene como objetivo resaltar su rol en el desarrollo sostenible, la contribución al crecimiento económico y a la transformación inclusiva de los sistemas agroalimentarios.
21 de enero 2025, Santiago de Chile – Naciones Unidas estableció 2025 como el Año Internacional de las Cooperativas bajo el lema “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, con el objetivo de reafirmar la contribución de este sector a un futuro mejor para las personas.
En este contexto, la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe firmó un acuerdo con la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) para impulsar un trabajo conjunto de acciones a favor del cooperativismo en la región.
Actualmente, a nivel mundial se contabilizan más de 3 millones de cooperativas pertenecientes a todos los sectores económicos, las que proporcionan bienes y servicios que facilitan el logro de sociedades más prosperas e inclusivas. En América Latina y El Caribe existen más de 108 mil cooperativas. Un cuarto de ese total, son cooperativas agropecuarias y/o rurales, alcanzando cerca de 28 mil, con más de 6 millones de cooperados y cooperadas.
Las cooperativas, especialmente en el sector agroalimentario, desempeñan un papel fundamental en la lucha contra el hambre y la malnutrición, un desafío particularmente relevante en América Latina y el Caribe. Estas organizaciones son aliadas estratégicas para reducir las asimetrías de poder, promover el trabajo decente, fortalecer la gobernanza territorial y fomentar las alianzas público-privadas.
A continuación, compartimos cinco aspectos clave que destacan la importancia de las cooperativas en los sistemas agroalimentarios:
- Impulso a la gobernanza y desarrollo territorial
La importancia de las cooperativas radica en su capacidad para estimular la gobernanza y el desarrollo territorial, siendo motores para la transformación de los sistemas agroalimentarios. La FAO ha trabajado en mejorar su institucionalidad y sus marcos normativos, colaborando con diversas organizaciones y especialistas para presentar la Ley Modelo para Cooperativas Agroalimentarias ante el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (PARLATINO). Esta ley busca fortalecer los mecanismos y marcos institucionales que promuevan la asociatividad y la identidad cooperativa con un enfoque de igualdad e inclusión.
- Inclusión de la agricultura familiar en las cadenas de valor
El modelo de cooperativas facilita la integración de pequeños agricultores en nuevos mercados, mejorando su capacidad negociadora y optimizando la gestión de sus recursos. Además, contribuyen a mejorar su gestión, fortalecer su capacidad de acción colectiva para acceder a mercados más dinámicos y exigentes y facilitan el acceso a servicios, bienes e insumos a menores precios.
- Producción a pequeña escala y empleo inclusivo
Las cooperativas estimulan el empleo para grupos rezagados, potenciando economías locales y fomentando la participación equitativa en las actividades económicas. Por su modelo organizacional, permiten contrapesar asimetrías de poder, desigualdades sociales y de género, así como las brechas de capital social de sus productores.
- Sostenibilidad y uso eficiente de recursos
A través de la organización y la planificación conjunta, las cooperativas contribuyen al manejo sostenible de los recursos naturales y revalorizan las prácticas tradicionales y locales. Además, alientan los vínculos estratégicos con otras formas de economía solidaria y verde, como las Empresas B (que buscan generar un impacto social y ambiental positivo, al mismo tiempo que obtienen ganancias económicas), las empresas sociales y las cooperativas de consumo, entre otras, integrando actividades afines (bioeconomía, economía circular, agroturismo, artesanía, turismo rural y pesca artesanal).
- Impulsar la innovación
Las brechas entre el mundo urbano y rural son más fáciles de abordar desde lo cooperativismo y asociativismo, pues en estos espacios es donde se generan mayores incentivos para que el sector público y privado desarrolle innovaciones y tecnologías junto a actores organizados e institucionalizados y que de manera aislada, sería más complejo de consolidar.
Es importante continuar potenciando estas alianzas, destacando su rol como agente acelerador en el cumplimiento de los ODS y como un aliado esencial en la lucha contra el hambre. El futuro de la seguridad alimentaria y nutricional y el desarrollo sostenible en nuestra región depende en gran medida del fortalecimiento y apoyo a las cooperativas como parte de una serie de instancias en las que debemos continuar trabajando por un futuro mejor para todas y todos.