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abril 27, 2024
EDITORIAL

Un articulito

Por: Alfredo Alzate Escolar

Gestión Solidaria

 

 

Estamos en plenas asambleas, faltan unos días para que se cumpla el plazo determinado por la ley. Los primeros tres meses del año y en casos especiales hasta el cuarto. Los cursos para enseñar a hacer asambleas adecuadas y que estas no se conviertan en una reunión del conjunto residencial, están a la orden del día, todos estos asesores recomiendan realizar una rifa, que todos hayan recibido los estados financieros con anterioridad, aunque la mayoría de los asociados no los sepan leer y en otros casos hacer un video, bien dinámico, para mostrar el balance social y emocionar al auditorio destacando la eficiencia de su equipo administrativo. También cumplir con todo el protocolo para que la reunión no sea demandada por los inconformes que siempre aparecen.

Entre tanto en el Congreso de la República hace tránsito la modificación a la ley 79 de 1998. Un documento que le dará más dientes comerciales a las cooperativas. La idea es vestirlas con un ropaje más empresarial y actualizarlas para que puedan hacer nuevos negocios y entrar a competir con empresas netamente rentistas.

Pero el capítulo IV de la ley no se modifica, este al parecer recoge la autonomía administrativa que deben tener las cooperativas. Igual que en cualquier empresa netamente comercial, estas tienen la capacidad e independencia de elegir a sus representantes legales, tener sus mecanismos de elección y hasta contratar a su revisor fiscal, figura exigida por la ley para auto vigilar sus cuentas. En el artículo 35 en el segundo párrafo y con una palabra, como si fuera una sentencia, donde sus autores “chulearon” el tema y pasaron de largo se advierte que todo puede quedar igual, cambiar y no pasar nada: “Artículo 35. El consejo de administración es el órgano permanente de administración subordinado a las directrices y políticas de la asamblea general”. El número de integrantes, su período, las causales de remoción y sus funciones serán fijadas en los estatutos, los cuales podrán consagrar la renovación parcial de sus miembros en cada asamblea.

Las atribuciones del consejo de administración serán las necesarias para la realización del objeto social. Se consideran atribuciones implícitas las no asignadas expresamente a otros órganos para la ley o los estatutos”.

La ley lo permite, cada quien determinará su período, pero así como nos quejamos de la eterna presencia de algunas figuras en regímenes latinoamericanos, las cooperativas han venido prorrogando por períodos y períodos a los mismos rostros. Algunos que sin duda ante la experiencia han adquirido estupendas habilidades políticas para los negocios y administrativas.

No soy abogado, si alguien sabe que nos explique: En algunas empresas solidarias, como lo dice la ley, los estatutos permiten sólo un período o dos de reelección a los consejeros, cumpliendo el requisito legal. Pero los otros organismos como la Junta de Vigilancia se convierten en el paso al costado mientras se mantiene la nueva Junta, pero con los anteriores vigilantes. Y entonces en el cerebro de muchos asociados empieza a sonar el arreglo de Johnny Pacheco con la Fania en los 70 y 80 “quitate tu pa ponerme yo”.

El tema se habla, pero no se sostiene, los más osados afirman que no estaría de más que la Super revisará quienes llevan un tiempo en este proceso. Las fotos lo confirman.

Sí, es cierto, la autonomía que se reclama y al que tienen derecho las cooperativas permite que ellas fijen sus estatutos. Pero esos discursos que piden renovación, cambio, sangre nueva dónde están, cuando llega el momento de la reelección tampoco hay de donde echar mano, muchas nuevas planchas y las que están parecen hechas por el expresidente Santos, en mármol.

¿Se estará quedando coja la reforma a la ley cooperativa del 79 y ya que las cooperativas no quieren modificar el capítulo IV, que permite pasar de un órgano a otro, pero conservando la oficina, el tema si debe ser discutido, quién tendrá la razón?

Lo cierto es que algunos se están yendo, pero por sustracción de materia, de eso hablaba nuestro invitado de portada quien nos dejó hace algunas horas, el profesor y abogado, Alberto García Muller, quien murió la semana anterior, algunas veces nos honró con su compañía siempre agradable y jovial, lo recordaremos con respeto, su obra como la de tantos pensadores del cooperativismo debería ser repasada, seguro usted tiene un libro de él por ahí.

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