El microcrédito exige más especialización de las cooperativas
El acompañamiento y los programas de educación significan un cambio en la actividad diaria de las empresas de ahorro y crédito señaló la presidenta de Asomicrofinanzas.
La base de la pirámide está integrada por familias y personas con dificultades para lograr un ingreso diario. Muchos son sometidos a grupos delincuenciales que tienen sistema de préstamos con intereses de diez y hasta del 20 por ciento diarios.
La informalidad en el país supera el 58 por ciento especialmente en ciudades como Tunja, Florencia, Popayán, Valledupar, Quibdó, Neiva, Riohacha, Santa Marta, Armenia y Sincelejo, señala el Dane. Regiones donde se observa una gran presencia de la actividad del gota a gota.
Entre tanto las cooperativas con actividad de ahorro y crédito tienen una gran oportunidad de acoger a esta población que se encuentra en la informalidad y lograr con ellas un proceso de formalización. Es más allá de la bancarización o el otorgamiento de productos financieros, son procesos de formación financiera y acompañamiento.
María Clara Hoyos presidenta de Asomicrofinanzas advirtió que el microcrédito aunque representa solo el tres por ciento de la colocación total del crédito en el país, la cifra no es despreciable cuando se concluye que suma 18 billones de pesos distribuidos en unos tres millones de microempresarios; con negocios que en promedio generan 2,4 empleos. Las cifras son el resultado de un estudio realizado junto al Banco de la República.
La dirigente gremial explicó que son unas 18 millones de personas que tienen alguna relación laboral con los micro negocios. De esta población atendida, el estudio revela que el 26 por ciento superó la línea de pobreza.
“Estos son negocios productivos, no son créditos de consumo, es apoyar al negocio y su gestor, en cada una de las regiones del país. El sector cooperativo tiene una experiencia espectacular precisamente en esas zonas. Se destacan ejemplos como los de Cootregua, que está en los departamentos de Guainía y Guaviare con servicios para la población indígena especialmente, y Comerciacoop en el departamento de Boyacá especializada en el sector agropecuario, otros ejemplo se extienden por todo el país”, dijo.
Buscando y desarrollando emprendedores
María Clara Hoyos explicó que muchas entidades cooperativas realizan una actividad única de apoyo a los emprendedores, pero muchas de sus operaciones son registradas como créditos de consumo.
La capacidad de profundización financiera en las regiones ponen al cooperativismo en una posición favorable para desarrollar ese nicho. Pero lo anterior implica darle una atención personalizada al microempresario y desarrollar equipos de trabajo en campo.
“ No solamente las cooperativas financiera, si no las cooperativas de ahorro y crédito tienen que fortalecer nuevos canales para alcanzar esa atención personalizada en esos canales productivos”, dijo la presidenta de Asomicrofinanzas.
Los funcionarios de ese equipo en la cooperativa tienen que acompañar al emprendedor, teniendo la sensibilidad para que deje, en muchos casos, de pagar ese interés diario a los agiotistas lo que le impide salir del círculo de la deuda.
Por último la dirigente gremial advirtió que aunque el microcrédito tiene una tasa de interés superior y en un comienzo se ve costoso, por los factores como la personalización en el servicio y el alto riesgo que este representa para la entidad colocadora del crédito, esto no es así en la práctica. “Es un proceso a corto y mediano plazo donde se puede ir formalizando al emprendedor y éste llega a un punto en que su actividad lo hace sujeto de otro tipo de productos y servicios superiores”, concluyó.