Hacia dónde va el mercado inmobiliario en el 2021
Por: Andrés Piñeros Latorre
www.latorrefincaraiz.com
Lo que se conoce como la “nueva realidad”, situación a la que nos ha llevado el covid-19, ha dado un nuevo valor al concepto de vivienda. Es así como, hoy en día, se requieren casas o apartamentos donde no solo se duerme y realizan actividades como la comida al final del día. Ahora este se ha vuelto un espacio en el que la familia comparte, prácticamente, todo el día. Por eso se requiere de más espacio y situaciones como la terraza y el jardín vuelven a tomar importancia.
Además, condiciones como una buena señal de wifi, habitaciones donde quepa un escritorio, espacios como un estudio o un cuarto extra, se hacen imprescindibles. Viviendas a las afueras de la ciudad, se vuelven cada vez más atractivas. Ya que el hecho de tener que compartir un espacio, obliga a que cada miembro de familia deba respetar el espacio de los otros.
Por eso, el diseño de los espacios tiene que cambiar, ya que las habitaciones deben poderse transformar en lugares de estudio o de trabajo, según se requiera.
Sin embargo, los arreglos o remodelaciones que uno le haga al inmueble, aunque lo hacen más interesante para negociar, no necesariamente aumentan su precio. Por eso, el avalúo se convierte en una herramienta importantísima para determinar el valor más cercano a la realidad; aunque cada día en Colombia el precio catastral se parece más al comercial; lo que no ocurría hace unos años, cuando había una diferencia muy notoria entre ambos valores.
Letreros en la ventana
Una situación que resulta poco recomendable es llenar de letreros las ventanas. Ya que esto da señal de desesperación; y termina resultando en que el interesado haga unas dos o tres llamadas para ver si en alguno de estos números consigue al propietario. Compitiendo con la figura de las inmobiliarias, que son claves a la hora de formalizar un negocio, donde hay mucho dinero de por medio, ya que la gente está manejando, nada más ni nada menos, que su patrimonio.
Es así como es recomendable que los propietarios tomen las cosas con calma, colocando un solo aviso, accediendo a una sola inmobiliaria, para evitar confusiones y logrando que el negocio se dé de la mejor manera.
Aunque todavía no es claro hacia donde va el mercado, yo pensaría que sí es un muy buen momento para comprar, para invertir en finca raíz. Ya que es un negocio seguro en estos momentos de zozobra. Además, cuando la gente está pensando en cambiar su estilo de vida; pensando en irse para el campo, en trastearse a las zonas aledañas a las ciudades, en cambiarse de apartamento, buscando que cumpla con sus requerimientos específicos, para buscar mejorar su calidad de vida, más allá de otra consideración.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los negocios no se dan de un momento para otro, por lo que hay que buscar con calma, para hacer ofertas, adelantando los puntos del negocio; esperando que en unos pocos meses se puedan cerrar las compra-ventas, más que todo en el caso de inmuebles de valores “interesantes”.
Arriendos e inmuebles comerciales
En el caso de los arriendos, los inmuebles se han visto más afectados que en el tema de las ventas. Ya que, con la crisis, muchos inquilinos han empezado a colgarse en los pagos o han tenido que recurrir a solicitar que le rebajen el precio. Mientras en otros casos quienes habitaban apartamentos muy pequeños están cediendo sus viviendas para irse en busca de otros inmuebles que les permitan combinar sus diferentes actividades productivas.
En cuanto a los centros comerciales, se ha dado un negocio muy interesante que tiene que ver con aquellos que tienen un único propietario; por lo que pueden negociar de diferentes maneras el pago de los arriendos. Mientras los tradicionales malls, con propiedad horizontal, se han visto fuertemente afectados, ya que los empresarios están recortando gastos, buscando locales más baratos y rentables, para soportar el dramático bajonazo en la venta de sus productos, especialmente en el caso de artículos considerados suntuarios.
Otro sector que se ha visto fuertemente golpeado es el de los hoteles, clubes y restaurantes, que vivió una situación crítica durante el año 2.020 y que sólo hasta ahora, y poco a poco, se ha ido reactivando; a partir del cumplimiento de unos estrictos protocolos sanitarios y de todos los temas de aforo.
Por eso, el aprendizaje que hemos tenido en este último año es que, en buena medida, somos como un caracol, donde nuestras viviendas actúan como el caparazón dentro del cual habitamos, por lo que debemos buscar que sea lo más cómodo posible; cumpliendo con las condiciones que necesitemos; donde el espacio se pueda compartir con los niños estudiando, la familia requiriendo espacios -lo más amplios posibles-: para que todos podamos convivir como familias.