La educación financiera va más allá que el cumplimiento de las normas
Alejandro López Carmona, director de la Fundación Confiar, señaló que mientras la regulación invita a las empresas financieras a dictar cursos y programas de educación financiera a sus asociados y usuarios, el manejo pedagógico que se le dé a estos programas podría representar un fortalecimiento del modelo cooperativo, pues a partir de ahí se podría mostrar toda la filosofía y principios que estructuran este modelo económico.
Gestión Solidaria: ¿Cómo clasificar los programas de educación financiera más allá del cumplimiento de una norma?
Alejandro López Carmona: Por supuesto, no solo del negocio, también como desde el modelo cooperativo en conjunto, no en vano, es uno de nuestros principios y es uno de los principios fundante. Sin educación no hay modelo cooperativo y en ese orden de ideas nosotros vamos más allá de la norma. Por eso estamos afrontando frentes diversos, no solo en materia de educación, no solamente en lo financiero, en lo ejecutivo, en lo gerencial. Es fundamental estar adelante en estos procesos.
G.S.: ¿Cómo se debería estructural un plan de formación?
A.L.C.: Hay que reconocer que hay diferentes públicos con intensidades e intereses. En ese orden de ideas hay que estructurar un plan que sea progresivo, que sea sistemático, que le permita a la gente reconocerse parte del modelo cooperativo, es decir, que no vean la formación y la educación como un proceso alejado de su cotidianidad. Cómo integramos las preocupaciones que tienen los asociados al proceso formativo que adelantamos y en ese orden de ideas necesitamos tener diferente metodología, cursos diversos que vayan de niveles básicos y muy desde la inducción que pasen por unos fundamentos y obviamente en la medida en que se avance en el vínculo se profundizará también en el conocimiento del modelo y en la gestión del modelo.
G.S.: ¿Qué han identificado respecto a esas etapas?
A.L.C.: Hemos visto que muchas veces las personas llegan sin ser asociados, buscando los productos financieros y es el momento inicial para ofrecerles muy buen servicio hacer una pequeña inducción, irlo enamorando del modelo cooperativo. Mostrarle que hay una alternativa de vida, una solución para sus necesidades de orden económico o de otro sentido, porque sabemos que el cooperativismo va mucho más allá de los financieros.
“Tenemos que entender la educación en un sentido amplio de cultura, con esto lo que queremos decir es que hay una relación muy fuerte entre los diferentes escenarios, entre las construcciones simbólicas entre los referentes históricos, entre las figuras filosóficas que están haciendo parte de los modelos pedagógicos que adelantamos, entonces no dividimos esas dos dimensiones reconociendo pues esas particularidades”
G.S.: ¿El sector cooperativo ha visto el tema de la lúdica como el camino para poder llevar su proceso educativo, ustedes cómo han evaluado este modelo pedagógico?
A.L.C.: Yo creo que no es el camino definitivo, Considero que a la gente hay que tomarla en serio, considero que hay que dialogar con ellas desde sus preocupaciones y los intereses específicos que tienen. Se puede usar la lúdica, pero considero que es un error que pensemos que es la lúdica y el entretenimiento, eso es lo que ofrece el modelo tradicional y por el contrario podemos ser mucho más innovadores en muchas estrategias, eso no quiere decir que no podamos ser creativos y que no podamos hacer del humor o la lúdica un recurso. Es mucho más importante identificar las necesidades que tienen la personas en su cotidianidad y aparte abrir espacios de diálogo, que es por excelencia un escenario para la recreación de la vida humana.
G.S.: ¿Se necesita un modelo educativo más formal?
A.L.C.: Es importante, en cierta medida tener una formalización, tener unas estructuras consistentes en los modelos formativos, porque hay muchos otros ámbitos por los que transita la formación. Cada acto es un acto comunicativo y en esa medida es un acto comunicativo y político. Tenemos que tener mucha claridad en los principios. Por poner un ejemplo, si tenemos agencias que no son acogedoras, gratas, que no le dan a la gente un contexto cooperativo y solidario, estamos desaprovechando un contexto que perfectamente podría ser pedagógico.
G.S.: El otro término es la andragogía para referirse a los públicos de mayor edad,¿cómo lo manejan desde Confiar?
A.L.C.: Hemos tenido recientemente esa discusión. Qué sí pedagogía o andragogía y nos hemos reafirmado en que la pedagogía nos permite hacer un englobe particular de cómo pensamos las metodologías, las didácticas los procesos formativos. Independiente de la edad, sin dejar de reconocer que hay ciertas particularidades, específicas y que en ese orden de ideas deben ser implementadas por los diferentes programas que adelantemos, pero preferimos definirnos como que tenemos programas pedagógicos.
G.S.: ¿Confiar está en diferentes zonas, esto influyen en los programas educativos?
A.L.C.: Es parte de los retos que tenemos, porque no podemos negar que en Medellín y en Antioquia tenemos concentrada una buena parte de nuestros asociados y acciones. Estamos entonces estructurando el programa Escuela Cooperativa Confiar. Que nos permite llegar a las diferentes regiones donde estamos y poder tener una incidencia en todos los territorios en los que hacemos presencia y para eso un apoyo fundamental son las nuevas tecnologías, los procesos de formación virtual. Contamos con un aula virtual donde tenemos diferentes cursos y unos diplomados y esa es la manera de subsanar esos nuevos retos que tenemos.
“Considero que a la gente hay que tomarla en serio, considero que hay que dialogar con ellas desde sus preocupaciones y los intereses específicos que tienen. Se puede usar la lúdica, pero considero que es un error que pensemos que es la lúdica y el entretenimiento para la formación financiera”.