Cómo ganar almacenamiento en la cocina

By Alfredo Alzate 29/06/2022 614

Por: Esperanza Puentes Santana

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Conseguir el almacenamiento eficiente no depende tanto del tamaño del espacio, como sí de armonizar usos y rutinas mediante la planificación. Por ello, dedicaremos algunas líneas a la organización de aparadores y alacenas en procura del uso práctico, rápido y cómodo aprovechando cada centímetro, para que las labores diarias fluyan en este lugar que los interioristas llaman “el corazón de la casa”.

Pero, antes de avanzar en las ideas, aprovecho para saludar a mi amiga Victoria, dibujante catalana cuyo talento espero disfruten al final de esta entrega, pues siendo conocedora de mi pasión por el diseño interior me envío hace algún tiempo el libro titulado “Un hogar para vivir” de Lu Wei, una ordenadora profesional china que enseña a través de una particular narrativa, cómo lograr espacios organizados, acogedores y accesibles gracias a sencillas claves que cualquiera puede aplicar, si se lo propone.

En ese orden de ideas, vamos de lo general a lo particular definiendo la casa como el contenedor más grande que alberga todas las demás áreas, a las personas y sus vivencias. Cada área facilita el discurrir de la vida cotidiana conteniendo el mobiliario y los lugares de bodega como armarios y despensas; en ellos muchas secciones para albergar otros contenedores y dentro de éstos, un sin número de objetos con distintos oficios.

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Como ven, se trata de un almacenamiento en capas, como una gran cebolla que al abrirla va mostrando sus partes.

Y siguiendo el propósito de este tutorial en armonizar espacios y contenidos, veremos unas sencillas reglas; antes de salir al supermercado en busca de contenedores, recuerde primero usar la cinta métrica para valorar el tamaño de cada espacio horizontal como vertical y durante la compra concentre la atención en aquellos con mayor capacidad, mejor acceso a los alimentos, fácil agrupación para evitar compras impulsivas que solo provocan frustración.

Siete reglas que no fallan:

Lineales: Los depósitos redondos desperdician espacio, elija cuadrados o rectangulares. Livianos:

Escoja materiales que no agreguen peso al contenido para facilitar su manipulación.

Uniformes: En colores, formas, materiales y medidas aunque éstas varíen según necesidad.

Clásicos: Diseños de marcas consolidadas y precio medio, para facilitar su reposición.

Apilables: Preferiblemente de tapa con borde para evitar su deslizamiento.

Transparentes: Tener todo a la vista favorece el control del stock.

Multiusos: Evite contenedores de uso exclusivo por aquellos que sirven a diversos propósitos. (Botiquín, costurero, herramientas, entre otros).

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Y finalmente para asegurar el orden y no volver al caos, es recomendable etiquetar cada recipiente, si se quiere con nombre genérico, para que al tomar cualquier producto podamos devolverlo a su lugar. La aplicación de reglas como estas, ayudan a mejorar la inteligencia residencial optimizando uso y rutinas en cada zona del hogar.

Hagamos de nuestra cocina el lugar especial del encuentro, un lugar funcional y armónico para todos los miembros del hogar donde podamos dedicarnos a cocinar con amor.