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abril 23, 2024
José Alcibiades

Cooperativismo y comunicación social

Por José Alcibíades Guerra Parada

Economista y Comunicador Social

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Lo fundamental en el desarrollo cooperativo es la comunicación e información tanto a nivel de asociados como de cuadros directivos, buscando una mayor integración vertical y horizontal. La naturaleza misma del movimiento dejó plasmadas esas condiciones en los principios quinto y sexto que rigen su doctrina y a la postre se convierten en la primera responsabilidad de la empresa cooperativa.

ncomunica1-comunicacion-socialHa sido tradicional que los medios de comunicación creados por las entidades solidarias como el boletín interno, el periódico, la revista el plegable, el informe anual de actividades y las circulares, entre otros, sean manejados instintivamente con gran interés y buenos resultados por los miembros de los departamentos o comités de educación, de fomento y promoción de capacitación, por lo general administradores de empresas, economistas, ingenieros, licenciados o expertos en otras áreas diferentes a la periodística. A pesar de este gran esfuerzo demostrado en las acciones adelantadas, aún no se ha podido liberar la educación cooperativa del cruel letargo en que se encuentra.

La experiencia ha demostrado que toda empresa cooperativa debe contar con un comunicador experimentado, conocedor de la filosofía solidaria y que tenga verdadera convicción de las bondades que conlleva este sistema económico social, el cual busca una sociedad cooperativa verdadera, más justa y equilibrada; solo de esta forma, a través de nuevas estrategias de trabajo, se logra el manejo eficiente de este común denominador en las diferentes actividades del hombre.

Pero los comunicadores cooperativos no deben convertirse solamente en transmisores de información a las comunidades, sino que rescatando la mística doctrinaria deben ser aportantes de nuevas ideas, orientadores del cambio, investigadores en cada una de las facetas de este campo y trabajar solidariamente en beneficio del desarrollo de las comunicaciones dentro y fuera del sector, fomentando igualmente el estudio sobre su papel en la vida nacional.

Es obvio que los avances tecnológicos no pueden ser aprovechados solo por la gran empresa. Algunas cooperativas por no decir la inmensa mayoría, han comenzado por grupos pequeños de personas comprometidas por el acuerdo cooperativo en un deseo por superar sus deficiencias económicas individuales y satisfacer sus necesidades vitales. Solo en la medida en que sus éxitos y beneficios se han dado a conocer, sus proyecciones han crecido, de tal forma que han sorprendido, incluso, a sus mismos iniciadores. Ejemplos típicos a nivel nacional son la Cooperativa de Lecheros de Antioquia (Colanta), Coomeva de Cali, el Banco Coopcentral, Copservir, Copetrán de Bucaramanga, Coflonorte Ltda de Duitama, Comultrasan y Copidrogas, por nombrar algunos de los muchos casos exitosos en el país.

Lo anterior ha sucedido cuando los dirigentes se han percatado de la necesidad de aprovechar las últimas tecnologías en el manejo de las empresas, han tenido visión futurista acorde con la realidad cambiante, ponen en práctica las nuevas teorías administrativas y van utilizando los recursos de la tecnificación, la sistematización, los controles, las auditorías y el desarrollo programado. Porque no se trata de administrar pobreza, sino de manejar la organización como una empresa normal, competitiva y productiva, enmarcado dentro de los principios de la solidaridad. Sin embargo, desafortunadamente muchas no utilizan los modernos sistemas de comunicaciones, no les han concedido el espacio necesario en los medios para darse a conocer más ampliamente, tanto de sus cooperados como del público en su entorno, o si lo hacen es en forma tímida y empírica con presupuestos de escasez muy difíciles de administrar.

Boletines, plegables de circulación limitada, periódicos y revistas locales que se editan sin regularidad, son el fruto de “gomosos” comunicadores que trabajan con muchas dificultades para lograr el patrocinio publicitario y poder financiar la impresión y distribución. Sería excelente que las entidades solidarias en mejor posición económica, le colaborarán más abiertamente en este sentido a las cooperativas de base menos pudientes o que hasta ahora inician actividades. Otros medios como la radio y la televisión son mucho menos viables por sus altos costos y a veces no están al alcance de los presupuestos, por lo cual no tienen la regularidad deseada.

Para los comunicadores cooperativos esta clase de asociados es la mejor fuente de información sobre todos los aspectos que conciernen a la vida familiar. Esto le interesa a todos los afiliados porque así pueden obtener mejor provecho de sus esfuerzos para ahorrar en forma más consciente y por ende progresar, lo cual conlleva a una sentida mejoría en sus niveles de vida.

De otro lado, los principios y valores del cooperativismo no pueden convertirse en “sermones de prédica”, en pura y simple retórica, sino de práctica real para que la democracia económica y política funcione y la solidaridad y mutua ayuda se cristalicen verdaderamente, creándose un sentido de identificación y pertenencia.

Los periodistas cooperativos no deben olvidar nunca que la doctrina, leyes, normas y reglamentos que regulan el sistema deben adaptarse y actualizarse de acuerdo con los diferentes cambios que vive nuestra sociedad. Deben capacitarse y leer permanentemente, pues su labor está supeditada a esos virajes y cualquier desfase se puede traducir en serias consecuencias y retrocesos en el crecimiento de la empresa.

Los temas sociales y económicos son asuntos de la vida diaria. Las transformaciones que afectan al cooperativismo merecen ser ampliamente conocidas por la opinión pública; sus efectos han demostrado ser benéficos en los diferentes campos en que se desenvuelve el ser humano y a los cuales ha podido llegar, a pesar de los fracasos sufridos en algunas organizaciones por la falta de visión y pésima administración de los cuadros directivos encargados. Hoy la Ley 79 de 1988 o Ley Marco del Cooperativismo es rígidamente celosa en este sentido.

Es un deber de las cooperativas y sus comunicadores emplear los diferentes medios alternativos para hacer conocer sus esfuerzos y transmitir en forma dinámica su mensaje a quienes esperan les llegue la información, con el fin de obtener una mayor participación interna y una adhesión más consciente y segura de los posibles afiliados potenciales. La realización de encuentros, foros, coloquios, seminarios, congresos, cursos y cualquier otro tipo de eventos que abogue por una mayor integración-divulgación, son fundamentales dentro de la actividad promocional y educativa, si se desea la mayor objetividad posible.

Foto: upbbga

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