Sector Solidario reclama estar en las cuentas nacionales
Atrás quedaría la especulación de cuánto pesa el sector cooperativo y solidario para la economía.
Desperdigado por varias instituciones de control se encuentra el sector cooperativo y solidario, de acuerdo a su actividad cada empresa puede reportar información a una u otra superintendencia. De igual manera, aunque se han realizado esfuerzos por medir la incidencia sobre la economía nacional la falta de una metodología refinada para tal fin lleva a que muchos especulen cuál es su participación en la economía registrada en las cuentas nacionales, por ejemplo, en el Producto Interno Bruto.
La diversidad de cooperativas, de producción, financieras, de salud, de seguridad, de servicios, multiactivas, agrícolas, mutuales y fondos de empleados se convierten en un gran espectro para determinar quién es quién en el desarrollo nacional.
Se sospecha, pero no se tiene certeza, y eso debe quedar atrás, a pesar de que es mínimo el número de empresas que realizan una actividad cooperativa o solidaria, señaló el profesor de la Universidad de Castilla España, Miguel Ángel Alarcón.
El investigador invitado por la Universidad Católica de Colombia e instituciones como el Dane, señaló que sí es posible medir, en las denominadas cuentas nacionales, a cada una de las empresas del sector solidario, su parte y totalidad dentro del acontecer nacional. Más aún ahora que existen los mecanismos tecnológicos para realizar dicha tarea.
Lo más importante es que existen los medios, lo que ocurre es que dentro de los componentes de la economía social hay, como es lógico, unos más fáciles de medir que otros, y el sector más sencillo de calcular es el del cooperativismo, debido a que son éstas empresas las que más pueden parecer en sus cuentas a las de corte capitalista tradicional.
“Las cooperativas, lo quieran o no, realizan una actividad productiva, con una serie de bienes y servicios, obtienen un precio, así no sea significativo o por decirlo en términos competitivos y hace tareas que el sector capitalista solo se atreve a hacer bajo el paraguas denominado la responsabilidad social empresarial, pero esta es una cuestión que es constitutiva de esencia”, dijo.
Alarcón señaló que una de las mediciones que más sirven de referencia dentro de las cuentas nacionales está el Producto Interno Bruto, que es un saldo de la sumatoria de muchas cuentas, de ahí la necesidad de contar con un consolidado para poder reclamar la relevancia que tiene la economía solidaria en el desarrollo y por qué no, en los temas del país.
Algunas cifras
En una primera medición donde se consultaron cifras de Confecoop, la Superintendencia de la Economía Solidaria y algunos reportes de investigadores se determinaron algunas cifras. “Mi número queda con 2,8 billones de pesos en 2003 y pasa a aproximadamente a 8,5 billones de pesos en 2010. Ya entre 2010 a 2014 el producto interno bruto cooperativo ha bajado, en buena parte ante la desaparición de cooperativas de trabajo asociado, el control sobre muchas empresas y se podría decir, cierta recesión del cooperativismo, en términos del PIB pasó de 1,8 del PIB a un 1,6 aproximadamente”.
Sin embargo, el investigador señala que hay otras estimaciones que muestran un sector aún más reducido, casi en un 40 por ciento, adicional a las mediciones iniciales. Esto se explica porque sólo utilizan las empresas que suministran información, cuando sabemos que es un sector mucho más amplio y distribuido por todo el territorio.
“En Colombia hay un modelo asociativo que cuenta, pero que muchos no cuentan. El hecho de que sea un sector transversal a todas las actividades económicas no puede servir de excusa para justificar su no medición y ser diluido en otros sectores como el de servicios, por ejemplo: el hecho de que existan muchos ingenieros dentro de la manufactura del automóvil, no significa que no se deba calcular. El problema de eso en las cuentas nacionales se resuelve muy fácil y es que cuando hay un porcentaje de actividad determinado más en un sitio que en otro, se lo asigna a alguno de los dos” explicó.
No es posible que al hacer una medición directa del sector las autoridades económicas aseguren que se genera un error. “Aquí no hay capacidad de truco, porque cuando se mide por sectores de actividad, groso modo la agricultura, industria, construcción, servicios, más todas sus ramas aquí la clasificación no es por sector de actividad, es por entidad u organización, entonces no hay posibilidad que las autoridades aleguen que es transversal, porque la medición no se hace por actividad, si no por organización y estás sí se contabiliza por actividad productiva”, dijo.
En cuanto a cuentas como ingresos, capacidad de endeudamiento, comercio exterior y demás cuentas nacionales el país y sus autoridades deben tener en cuenta que la economía solidaria presta servicios a sus asociados y la comunidad que deberían ser contabilizados, para ello se deben buscar mecanismos para calcular su valor y de esta manera incluirlos en la contabilidad.
Lo social medible
“El concepto de economía social y solidaria es muy delicado, entroncan debajo de su núcleo muchos aspectos que no son fácilmente medibles. ¿Cómo mide usted la solidaridad? ¿Cómo se mide la reciprocidad? Lo único que uno puede medir es los que vende, lo que compra y una serie de cuestiones que son medibles monetariamente, pero cómo se valora cuando hay una fundación que se dedica a tener voluntarios o una asociación que se dedica a dar formación a indígenas, ¿cómo se mide eso cuando el voluntariado no cobra un solo peso, si no que a lo más se le paga el helicóptero, la comida, pero no tiene un salario?”, dijo.
Pues en España y en Europa nos la hemos buscado, y acá lo han pensado de manera similar, aunque no se ha podido consolidar, por ejemplo: – Un voluntario no cobra un salario, mientras existen funcionarios de las entidades del Estado que forman parte de la nómina pública y cuando una asociación se dedica a ayudar a las familias, el precio que se le paga al profesional es diferente al que le paga una empresa de servicio con fines comerciales y eso determina una diferencia entre precios de mercado y precios solidarios. Esto es lo que se denomina transferencia social en especie”, dijo.
Cuando estas empresas solidarias consiguen servicios para sus asociados, no van a precio de mercado, sin embargo, el voluntariado qué es lo que hace, reciben el pago por el viaje, su operación y demás gastos implícitos, para atender una comunidad, pero se dice, ¿Cuál es el salario medio público? Que es posible calcularlo por cuentas nacionales y eso se puede usar de referencia.
Qué pasaría si ese salario medio público se le pagaría a la persona que está haciendo voluntariado. Esta fórmula permitiría además demostrarle al estado a través del balance social el valor de los servicios que el mismo Estado se está ahorrando en asistencia social y bienestar.
Miguel Ángel Alarcón señaló que entonces para alcanzar esa medición en las cuentas nacionales se necesitaría la homologación de las cuentas microeconómicas de cada entidad y desarrollando mecanismos de reporte y filtros que logren rigurosas observaciones que se puedan sumar a los agregados nacionales y con ellas nuevos factores estadísticos.
La medición del sector cooperativo y solidario dentro de las cuentas nacionales se constituiría en un beneficio para el mismo Gobierno y visibilizarían una serie de servicios en los cuales la economía social es fundamental para el fortalecimiento de regiones y comunidades de todo tipo. “esta no es una cuestión frívola, es la revelación de cómo el balance social y la actividad económica cooperativa contribuye al desarrollo nacional y cómo el mismo sector puede ayudar aún más” concluyo.
Miguel Ángel Alarcón, profesor de la Universidad de Castilla señaló que es posible medir el verdadero peso que tiene el sector solidario en la economía, pero para ello se debe refinar un mecanismo de reporte económico y de la monetización del balance social del sector.