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abril 25, 2024
Alveiro Economia OPINIÓN

La identidad solidaria como valor social

AXIOLOGÍA COOPERATIVA

Alveiro Monsalve Z.

Consultor

La cooperación asociativa, se basa en valores y principios que le dan, por sí mismos, un profundo sentido social y cultural a este modelo de organización socioeconómica. La cooperación humana, así organizada, se inspira en postulados éticos que le dan su propia identidad y aunque éstos sean de carácter universal, le imprimen a la asociatividad entre personas un sello específico como práctica del buen vivir colectivo.

Los valores sociales, inmersos en una profunda filosofía ética, son la esencia que le da identidad exclusiva a la acción solidaria y definen en última instancia lo que es correcto o incorrecto en el acuerdo cooperativo. Los principios se basan en esos mismos valores y orientan la acción diaria y permanente de quienes se han unido para ayudarse entre sí. ahondar en esto es fundamental para asegurar la acción colectiva, solidaria y sostenible en los procesos de cooperación asociativa.

Valores sociales

A lo largo de más de cien años, la Alianza Cooperativa Internacional ha precisado, cada vez con mayor claridad, los valores sociales que deben inspirar la cooperación asociativa: autoayuda, solidaridad, democracia, igualdad, equidad; y valores éticos como la honestidad, la transparencia, la responsabilidad y cuidado de los demás. También ha identificado unos principios que se han mantenido similares desde el origen de las primeras formas asociativas conocidas: libertad de asociación, equidad económica, gobierno democrático, autonomía, educación, integración y recientemente, la incidencia social.

La acción solidaria organizada entre personas y grupos humanos, sin lugar a dudas potencia la eficacia de los individuos frágiles que se proponen ayudarse entre sí para resolver, por esta vía, sus múltiples necesidades. Esto incluye el mundo frondoso de lo posible en términos de bienestar colectivo, donde la vida sea mucho mejor y más incluyente para todos.

Pero muy a menudo se pierde el norte de la acción, por no profundizar en la razón última de la cooperación asociativa, es decir, en el por qué y el para qué de los valores y principios que la inspiran. Por eso hay que volver a las fuentes de la naturaleza viviente, donde se haya el ser humano y encontrar allí el camino evolutivo de la solidaridad social.

Solidaridad es solidez social

La solidaridad asociativa, la genuina, la más pura, la que ha hecho posible la convivencia humana, es un compromiso colectivo, un pacto social, un avance de la evolución humana, un dar sin esperar recibir, una entrega del yo para construir el nosotros. Allí, el sujeto solidario es destaca como un sujeto emergente que hace propias las necesidades, anhelos y propósitos del otro y de los otros que también, a su vez, se han unido en acciones comunes de ayuda mutua. Esta solidaridad, desde su origen como palabra, significa solidez, firmeza, permanencia, tal como el sólidus de las piedras unidas que sirven de base a una edificación.

Concebida así la solidaridad asociativa, ésta se constituye en un valor social que hace parte de la evolución humana. Sin embargo, en la práctica, el valor social es una escala de medida, un parámetro, una norma, una costumbre, una especie de pacto colectivo que todos los integrantes de la sociedad respetan por su enorme utilidad para el bien común. Como valor social, al igual que otros valores, la solidaridad humana determina la conducta social de las personas. Valor moral y conducta están estrechamente unidos.

En la teoría de la evolución social, la conciencia moral, que incluye la conciencia solidaria, ocupa un papel muy importante en la construcción del tejido social y por tanto en la creación del capital social, entendido éste como el conjunto histórico de instituciones y conocimientos para beneficio de todos los miembros de la sociedad. Se construye inclusión social, siendo solidarios, porque tener conciencia social es comprender la realidad social para transformarla, es tener sensibilidad con los excluidos de la sociedad y ésta sí que es el alma de la solidaridad a escala humana.

Jürgen Habermas, ese gran filósofo y sociólogo alemán del cual hay tanto que aprender, afirma que las sociedades aprenden no sólo técnicamente, sino también moralmente. El homo solidario aprende de solidaridad siendo solidario. Y este proceso solidario, por fuerza de tanto practicarlo, se convierte en un deber moral ineludible, en un imperativo categórico, autónomo, según el enfoque kantiano, independiente de cualquier religión o ideología, capaz de regir el comportamiento humano en todas sus manifestaciones.

Mediante la acción solidaria a través de la forma asociativa, cada persona es capaz de avanzar con acierto en el desarrollo de su propia conciencia de moralidad social, lo que involucra la organización solidaria y también a las organizaciones sociales, a las empresas económicas y a las instituciones públicas.

Ética global solidaria

Así, la ética solidaria, que se forma desde el seno familiar, pasando por la Escuela en cualquiera de sus géneros y se practica dentro de la comunidad inmediata de cada ser humano, se convierte en una ética global donde todo se encuentra interconectado. Por eso podríamos hablar de “ética global solidaria”, antes que del poder económico y el consumismo, como fórmula salvadora de la sociedad actual.

Desde el punto de vista axiológico, es decir, desde la filosofía de los valores sociales, hay normas y prácticas que deben identificar los valores de una comunidad organizada, como es una cooperativa o un fondo de empleados y hay principios o reglas éticas de juego limpio que son universales, y atañen a toda la humanidad. Pero en la práctica, muy a menudo, esta identidad no se observa. Por el contrario, se impone el individualismo, se sobreponen los egos, se busca recibir sin dar, se desgobierna y, ante todo, se establecen entre asociado e institución, exclusivas relaciones monetarias que menguan cada vez más las relaciones solidarias.

Hay diferentes clases de valores: sensibles, útiles, vitales, estéticos, intelectuales, morales, religiosos, entre otros. Para nuestro análisis, la solidaridad es un valor moral, sin el cual, no será perdurable la cooperación asociativa.

Respetar, defender o cultivar

En la sociedad, los valores sociales se respetan para mantenerlos o se defienden si alguien los ataca o se cultivan cuando se carece de ellos. Es el caso de la solidaridad asociativa, que para comprenderla hay que ponerla en práctica a fin de preservar lo poco que de ella queda en algunas partes. Por eso se debe cultivar o fomentar con esmero y entusiasmo ejemplar, mediante la formación de la conciencia solidaria, que es la misma cultura solidaria.

Hay valores morales que son universales: Libertad, justicia, igualdad, solidaridad, honestidad, fraternidad. Dentro de ellos se destaca la solidaridad. Sin solidaridad no podrá haber evolución humana. Solidaridad es civilización en paz y bienestar para todos. Por eso la cooperación asociativa es el despertar de una nueva humanidad. Una vida sin estos valores morales estará falta de humanidad. Falta mucho para que esto sea posible en nuestro país. Apenas estamos comenzando.

En su sabio libro Valores cooperativos para un mundo en cambio, escrito por encargo de la ACI, Sven Ake Böök afirma que, siendo el cooperativismo altamente idealista, es extremadamente práctico, lo que se conjuga en una visión compartida basada siempre en valores éticos y sociales y en principios que se constituyen en el norte de su acción.

En la construcción de la cultura solidaria, es donde tiene mucha razón de ser la práctica de los valores y principios cooperativos. En este sentido la reflexión axiológica debe contribuir, así, a la formación de la conciencia solidaria en cada miembro de la organización y de ésta en su conjunto. Esto significa educar para la solidaridad como valor social. Ejemplo el de algunas abejas melíferas que dan todo de sí, hasta morir, para asegurar la continuidad de su panal.

Hay valores morales que son universales: Libertad, justicia, igualdad, solidaridad, honestidad, fraternidad. Dentro de ellos se destaca la solidaridad. Sin solidaridad no podrá haber evolución humana. Solidaridad es civilización en paz y bienestar para todos.

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